
Cuando quiero algo que realmente me apapache y aún así se sienta un poco especial, siempre pienso en el Paprikash de pollo. Trozos tiernos y doraditos envueltos en una salsa de paprika suave, cremosa y sedosa, hacen que todos se acerquen expectantes a la mesa. El olorcito ya atrae a toda la familia a la cocina.
La primera vez que lo probé fue una noche fría y nos llenó el alma y la casa de calorcito. Cada vez que lo preparo, mi familia se asoma al olor porque ya quieren servirse.
Jugosos Ingredientes
- Pechugas o muslos de pollo sin hueso ni piel: que sean fresquitos y gorditos para que queden jugosos
- Harina común: ayuda a dorar bien el pollo y espesa la salsa, mejor si tienes sin blanquear
- Paprika dulce húngara: el alma del platillo, busca la auténtica para sabor y color intenso
- Mantequilla sin sal: pone ese fondo mantequilloso riquísimo, usa una de buena calidad
- Cebolla amarilla: le da ese toque dulcecito, escoge una bien firme
- Ajo: para el aroma suave, usa fresco para que se note el sabor
- Caldo de pollo: bajo en sal para que tú controles el punto, hecho en casa o de buena marca
- Sal kosher y pimienta negra recién molida: pon al gusto, y la pimienta mejor si es recién molida por más toque
- Crema ácida entera: hace la salsa bien cremosa y con ese toque ácido, ni pienses en usar versión light
- Perejil fresco: pone color y frescor, pica justo antes de servir
Fáciles Pasos
- Prepara el Pollo
- Empaniza los trozos de pollo con la mitad de la harina y la mitad de la paprika, para que todos queden bien cubiertos y luego ayuden a espesar la salsa.
- Dora el Pollo
- Derrite un poco de la mantequilla en una sartén grande a fuego medio, pon el pollo y deja sin mover hasta que se vea bien doradito. Gíralo y cuando ya esté dorado de ambos lados y cocido por dentro, sácalo a un platito. Así te aseguras de un sabor base delicioso.
- Cocina la Cebolla y el Ajo
- Derrite ahora el resto de la mantequilla en esa misma sartén. Agrega la cebolla picada y cocina suave hasta que se ablande sin dorar, así se pone dulce; baja el fuego y agrega el ajo, mueve un minuto para que suelte todo el aroma sin quemarse.
- Arma la Salsa
- Añade la harina y la paprika que sobró, remueve y deja tostar suavecito dos minutos para que la paprika saque todo su perfume.
- Agrega el Caldo
- Vierte poco a poco el caldo de pollo mientras mezclas sin parar, así no se forman grumos. Deja cocer a fuego bajo hasta que espese un poco y checa el punto, añade sal y pimienta si hace falta.
- Integra la Crema
- Pon el fuego al mínimo y sin que hierva, mezcla la crema ácida hasta que la salsa quede bien lisa y brillante. No dejes que llegue a hervir o se corta la crema.
- Regresa el Pollo
- Mete el pollo dorado y los juguitos que soltó a la sartén. Calienta todo junto unos minutos para que se mezclen los sabores. Justo antes de llevar a la mesa, ponle perejil fresco picado.

La paprika húngara bien fresquita es lo más importante aquí, por eso antes de hacerlo siempre me lugar una lata nueva; siente el aroma y sabor a tope cuando es reciente. Decorar con perejil siempre me transporta a la cocina de mi abuela, donde remataba todos los platillos con hierbas frescas y muchas risas.
Cómo Guardarlo
Deja enfriar bien las sobras antes de meterlas en un tupper con tapa. Aguantan perfecto en el refrigerador hasta tres días y hasta saben mejor el segundo día. Caliéntalo con paciencia en la estufa a fuego bajo o en el microondas a potencia media para que la salsa cremosa no se corte. No te recomiendo congelarlo porque se separa la crema.
Trucos con los Ingredientes
Si sólo tienes pollo con hueso, ajusta tiempo porque tarda más y el sabor queda aún más bueno. Si no encuentras paprika húngara, busca cualquier paprika dulce pero la ahumada no, porque cambia completamente el sabor. Si no tienes crema puedes usar yogur griego entero pero queda un poco más ácido.

¿Con Qué Acompañar?
En mi casa lo clásico es ponerlo sobre pasta de huevo para que la salsa se quede en cada bocado. Pero con arroz blanco esponjoso o puré súper cremoso también sabe increíble. Si quieres lo más tradicional, prepárate unas bolitas de masa que absorben la salsa como esponjas.
Un Poco de Origen
El Paprikash viene de Hungría donde la paprika no es sólo sazón, es parte de la historia familiar. Nació del ingenio de cocineros de casa para sacar el máximo de ingredientes humildes y convertirlos en abundancia y calor de hogar. Cocinarlo y compartirlo es también dar un pedazo de tradición en cada bocado.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Qué tipo de pollo sirve mejor?
Puedes usar pechugas o muslos deshuesados. Aunque, si buscas un sabor más profundo, los trozos con hueso son lo clásico. Solo tienes que ajustar el tiempo de cocción según el corte.
- → ¿Qué paprika elijo?
Siempre elige paprika dulce de Hungría para tener ese sabor suave, levemente dulce y algo ahumado. Evita la paprika picante o ahumada si buscas el toque tradicional.
- → ¿Cómo hago la salsa cremosa?
Solo agrega la crema agria cuando el fuego esté bien bajo para que no se corte. Es mejor ponerla al final, ya fuera del calor directo si tienes dudas.
- → ¿Con qué lo sirvo?
Combina de maravilla con noodles, arroz, puré de papa o dumplings, porque van perfectos para absorber toda esa salsa rica.
- → ¿Se puede guardar o recalentar?
Dejala en un recipiente cerrado en la nevera hasta 3 días. Caliéntala lento en sartén o en el microondas a baja potencia. No se recomienda congelar, ya que la crema agria puede cambiar la textura.