
El pollo con miel y ajo es ese plato rápido y delicioso de entre semana que se siente especial pero nada complicado. La carne va empanizada crujiente y se baña con una salsa pegajosa dulce llena de ajo que queda increíblemente bien con brócoli tierno y pimientos rojos. Siempre lo preparo cuando quiero algo con muchísimo sabor sin tener que pasarme toda la noche cocinando.
La primera vez lo preparé cuando vino una amiga y teníamos cero tiempo para cenar. Todos pidieron cómo se hacía antes de irse. Desde entonces, lo hacemos mucho en esos días de lío con la escuela o el trabajo.
Sabrosos ingredientes
- Pechugas de pollo sin piel ni hueso: quedan jugosas si las golpeas con un mazo para que estén del mismo grosor
- Sal y pimienta: ayuda a resaltar el sabor del pollo dando un toque básico y rico
- Harina de trigo: hace que la corteza quede dorada y crujiente
- Aceite de cacahuate: sabroso, aguanta bien el calor aunque puedes usar de oliva también
- Caldo de pollo y res: usarlos juntos da un sabor más rico, intenta que sean bajos en sal si quieres reducir sodio
- Salsa de soya: aporta ese toque salado y sabroso; mejor si es de buena calidad y baja en sal
- Miel: el dulzor pegajoso típico lo da una miel pura y rica
- Salsa picante: le da un golpecito de sabor, pon al gusto según quieras picante o suave
- Ajo fresco: lo pico siempre yo misma, así se nota más el sabor
- Vinagre de manzana: un chorrito da el punto ácido y frescor a la salsa
- Jengibre molido: con poco basta, usa fresco o en polvo pero que esté potente
- Aceite de sésamo tostado: ese olorcito clásico y tostado que sí o sí va al final
- Azúcar moreno: aporta ese toque casi caramelizado, mejor si tienes del oscuro
- Copos de chile rojo: un poco para que pique, o quítalo si lo prefieres suave
- Maicena con agua fría: sirve para espesar la salsa y que quede brillante
- Pimiento rojo: endulza y da color, escoge uno firme y reluciente
- Brócoli en ramilletes: toques crujientes y mucho color, usa piezas firmes y compactas
- Arroz cocido: perfecto para mezclar con la salsa, blanco o integral te valen
- Cebolleta: frescura y toque de color extra, mejor picarla justo antes de comer
Geniales pasos a seguir
- Termina y sirve
- Pon el pollo de nuevo en la sartén, baña todo con la salsa espesa y las verduras encima. Deja que todo tome calor y se mezclen los sabores por cinco minutos. Sirve sobre arroz caliente y una lluvia de cebollín fresco al final.
- Espesa la salsa
- Cuando burbujee un poco la salsa, mezcla la maicena y agua fría por separado y añádela despacito mientras revuelves. Así controlas lo espesa que quieres la salsa. Baja el fuego cuando esté como te guste.
- Haz la salsa y cocina las verduras
- Limpia un poco el sartén para quitar el exceso de aceite, pero deja los trozos pegados dorados (eso da mucho sabor, se llama 'fond'). Vuelve al fuego y vierte la salsa. Agrega el pimiento y el brócoli. Cocina tres o cuatro minutos removiendo de vez en cuando, las verduras quedan mejor crujientes que pasadas.
- Dora el pollo
- Calienta el aceite elegido en fuego medio-alto. Pon el pollo ya rebozado sin amontonar (mejor en varias tandas). Que se tueste bien cuatro o cinco minutos por cada lado y sácalo a un plato a reposar.
- Rebosa y condimenta
- Seca bien las pechugas, échales sal y pimienta. Pásalas por la harina y quita el exceso. Este paso extra hace que al freír queden hypercrujientes y perfectas.
- Corta y aplana el pollo
- Abre cada pechuga a lo largo para tener cortes más finos. Tápalos con film y dales con el mazo (del lado rugoso) hasta que todos queden de medio centímetro. Así todo se cocina igual y nadie se queda con pollo seco.
- Mezcla la salsa
- En un bol combina los caldos, salsa de soya, miel, salsa picante, ajo, vinagre, jengibre, aceite de sésamo, azúcar moreno y copos de chile. No incluyas aún la maicena. Aparta la mezcla para que los sabores se mezclen así nomás.

Mi parte favorita es lo caramelizada que queda la miel en cada trocito de pollo, así cada cucharada es dulce y salada a la vez. En las reuniones familiares siempre vuela la sartén y todos se pelean por la última gota de salsa.
Cómo guardar sobras
Guarda lo que sobre en un recipiente hermético en la nevera hasta tres días o bien congela en porciones individuales hasta tres meses. Cuando lo recalientes, hazlo suave en microondas o tapado en el horno a ciento setenta y cinco grados hasta que esté bien caliente. Al enfriarlo la salsa espesa un poco más, así que si ves que se quedó densa echa un poquito de agua o caldo y listo.
Cambia lo que quieras
Usa muslos de pollo deshuesados y sin piel si quieres más jugo. Si eres celíaco, cambia la harina por la de arroz o mezcla especial sin gluten. ¿Más verduras? Añade zanahoria, espinaca o tirabeques en la sartén. Y si no tomas soya, pon aminos de coco en vez de salsa de soja.
Ideas para acompañar
Va genial con arroz jazmín o basmati, aunque el integral o incluso la quinoa le suman fibra. Echa cebolleta fresca extra o semillas de sésamo por encima si te apetece más textura. Para algo diferente, haz bowls y que cada quien le ponga los toppings que quiera.

Inspiración cultural
El pollo con miel y ajo se inspira en sabores de comida asiático-americana, ese tipo de plato fusión famoso en restaurantes. La salsa pegajosa y las verduras crujientes me recuerda a los platones de fiestas donde todos pelean las piezas más bañadas sacando tajadas directamente de la sartén.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar muslos en vez de pechugas?
Claro, los muslos quedan más jugosos y con más sabor. Solo checa que estén bien cocidos y ajusta el tiempo según el grosor.
- → ¿Se puede hacer la salsa menos dulce?
Sí, ponle menos miel o azúcar moreno y ajusta a como te guste.
- → ¿Algún truco para espesar la salsa?
Mezcla un poco de maicena con agua fría y échaselo a la salsa cuando esté hirviendo. Dale unos minutos hasta que espese a tu gusto.
- → ¿Qué otras verduras puedo poner o cambiar?
Puedes meter zanahoria, ejotes, apio, espinaca, kale o chícharos. Sirven frescas o congeladas, tú eliges.
- → ¿Qué hago para que el pollo no se seque?
Pon las piezas parejas de grosor, dales unos golpecitos si hace falta, no lo sobrecocines y deja que repose antes de mezclar con la salsa.
- → ¿Se pueden guardar las sobras y recalentar?
Sin problema, guárdalas bien tapadas. Las puedes calentar en microondas o en horno y también congelar hasta por tres meses.