
Siempre que quiero una cena rica y con un toque sofisticado, preparo este pollo florentino. La combinación del pollo doradito con una salsa cremosa de espinaca nunca falla, deja a todos satisfechos y sorprendidos. Es ideal para esas noches en las que buscas algo cómodo que se sienta un poco más especial.
La primera vez que hice este pollo florentino, mi esposo ya quería repetir antes de terminar su plato. Desde entonces es el favorito de los domingos familiares y esas noches que todo el mundo pide algo rápido.
Increíbles Ingredientes
- Pechugas de pollo deshuesadas y sin piel: busca piezas del mismo tamaño para que se cocinen parejo
- Aceite de oliva: realza el sabor y da ese toque dorado, usa extra virgen cuando puedas
- Mantequilla: le da ese sabor tan rico típico florentino, mejor sin sal para controlar el punto
- Sal: resalta los sabores, elige sal fina marina
- Pimienta negra: aporta un toque suave, mejor recién molida
- Condimento italiano: suma ese giro herbal, busca mezclas con buen aroma y frescura
- Harina: ayuda a dorar el pollo y espesa la salsa, la común sirve perfecto
- Queso parmesano: ese sabor salado y profundo, rallado del bloque para más gusto
- Polvo de ajo: suma un fondo sabroso, escoge uno de calidad
- Ajo: da vida y aroma al plato, usa fresco si puedes
- Vino blanco o caldo de pollo: forman el fondo de la salsa, vino seco si tienes o caldo casero para intensificar
- Half and half: esta mezcla hace la salsa cremosa, mejor usa leche y nata natural
- Queso crema: deja la salsa mega suave, que esté bien blando y entero para mayor cremosidad
- Espinaca fresca: se funde en la salsa, elige hojas verdes y sanas
- Zumo de limón: despierta todos los sabores, siempre recién exprimido
- Perejil para decorar: para rematar con color y frescura, mejor de hoja plana
Fáciles Pasos
- Listo para Terminar
- Vuelve a poner el pollo con sus jugos a la sartén, sumérgelo en la salsa, tapa y calienta todo un par de minutos. Decora con perejil recién picado antes de ponerlo en la mesa con los acompañantes que prefieras.
- Terminando la Salsa
- Agrega el queso crema blando y mézclalo hasta que se derrita bien dentro de la salsa. Echa la espinaca con cuidado y deja que apenas se ablande. Si te gusta, añade un toquecito de jugo de limón justo al final.
- Haz la Salsa
- Mete la mezcla de leche y nata (half and half) en el microondas unos cuarenta segundos, así no se corta al agregarla. Vierte despacio en la sartén mientras remueves, para que quede suave y espesa. Cuando burbujee bajo, baja el fuego.
- Desglasa la Sartén
- Primero apaga el fuego y echa el vino blanco o caldo. Sube el fuego a medio y raspa todo el fondo con una espátula de silicona para quitar lo dorado, ahí está el sabor. Deja reducir a la mitad, unos seis a siete minutos, y agrega el ajo picado el último minuto para no quemarlo y que huela rico.
- Sellar el Pollo
- Calienta aceite y mantequilla en la sartén grande a fuego medio alto. Pon las pechugas empanizadas, tapa para que se cocinen parejas. Dorar cuatro o cinco minutos por lado, hasta que estén apenas hechas y bien doradas. Si no caben todas, hazlo en tandas. Cuando estén listas, resérvalas.
- Empanizar el Pollo
- En un plato hondo, mezcla harina, parmesano, polvo de ajo, condimento italiano, sal y pimienta. Cubre las pechugas con esta mezcla y sacude lo extra. Así logras esa costra deliciosa.
- Prepara el Pollo
- Pon plástico encima de cada pechuga y aplasta con un mazo hasta que queden de medio centímetro y parejas. Eso ayuda que queden jugosas y cocinen parejo. Sécalas con una servilleta, así la mezcla se adhiere mejor.

Lo que más disfruto es ver cómo la salsa cremosa se junta con la espinaca fresca. Me recuerda la primera vez que mi mamá me dejó ayudar y aproveché para echarle parmesano de más. Ahora mis hijos hacen lo mismo.
Tips de Conservación
Este pollo florentino aguanta bien en la nevera por hasta tres días. Guarda las sobras en un recipiente hermético y caliéntalo suave ya sea en microondas o a fuego bajito. Si la salsa se espesa después de enfriar, solo añade un chorrito de leche o caldo para volverla cremosa.
Otras Opciones de Ingredientes
Si no hay vino blanco, usa caldo para un gusto más rico. Si prefieres espinaca congelada, diez onzas bastan, solo descongela y exprime bien toda el agua antes de mezclar. Puedes dejar fuera el queso crema o usar mascarpone para darle un giro diferente.
Ideas Para Servir
Prueba con fettuccine o pasta fina si buscas lo clásico. También queda delicioso con arroz blanco o papas asadas. Si quieres algo más ligero, acompáñalo de ensalada verde y pan para mojar la salsa. Si es para invitados, un poco más de parmesano y ralladura de limón por encima queda espectacular.

Contexto Cultural
La preparación al estilo florentino viene de Florencia, Italia, donde mezclan salsas cremosas y espinaca fresca. Aquí lo básico son pocos ingredientes con mucho sabor, por eso es muy común en casas italianas. Esa salsa espesa y los toques verdes son puro confort a la italiana.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Cómo logro esa costra dorada en el pollo?
Mete el pollo empanizado en una sartén caliente con mantequilla y aceite de oliva. No lo muevas hasta que se despegue solo. Si lo golpeas para que tenga el mismo grosor, todo se cocina parejo y queda bien doradito.
- → ¿Puedo cambiar espinaca fresca por congelada?
Claro, descongela la espinaca primero y exprímela súper bien para que no suelte agua en la salsa. Así te queda cremosa y no aguada.
- → ¿Qué acompañantes van bien con este plato?
Pruébalo con arroz cremoso, pasta o una ensalada de hojas verdes. Combina buenísimo con la salsa cremosa y el pollo suavecito.
- → ¿Cómo hago que la salsa quede bien cremosa?
Pon queso crema suave y media crema desde el principio. Eso le da cuerpo y queda como terciopelo. El parmesano, además de dar sabor, ayuda a espesarla.
- → ¿Qué otros ingredientes puedo usar?
Si tienes champiñones, tomates secos o alcaparras, agrégalos y cambian todo el sabor. ¿No tienes vino blanco? Caldo de pollo funciona igual de bien.
- → ¿Puedo dejar esto listo antes?
Sin problema, cocina el pollo y la salsa por separado. Después solo junta y calienta suave al servir, dándole un toque final con limón y perejil.