
Pollo jugoso con ajo y parmesano y una pasta retorcida súper cremosa es esa comida reconfortante que parece de restaurante, pero que preparas fácil en tu propia cocina. La salsa, súper suave, se agarra a la pasta y al pollo dorado, logrando esa sensación de comida completa para cualquier noche de semana o cuando te quieres apapachar en casa el fin de semana.
La primera vez que preparé esto fue porque tenía un antojo de algo cremoso sin batallar. Se volvió mi opción segura cada vez que quiero que todos terminen felices y sin complicarme.
Ingredientes
- Pechugas de pollo sin hueso y sin piel: Córtalas en tiras, se cocinan rapidísimo y quedan suaves. Elige las frescas que se ven brillantes.
- Aceite de oliva: Da ese toquecito crujiente dorado al pollo. El extra virgen tiene mejor sabor.
- Condimento italiano: Da ese sabor a hierbitas rico, pero asegúrate que huela bien, no viejo.
- Sal y pimienta negra recién molida: Realzan todo el sabor. Mucho mejor si la mueles al momento.
- Pasta retorcida, como rotini o fusilli: Agarra toda la salsa, escoge una buena para que quede al dente.
- Mantequilla: Hace la salsa más rica. Mejor que sea sin sal para que tú decidas cuánto le pones.
- Dientes de ajo picados: Sube el sabor a otro nivel. Si tienes ajo fresco, queda mucho mejor que el de frasco.
- Hojuelas de chile rojo (opcional): Por si quieres un toque picante. Trata de usar unas que aún estén rojitas.
- Crema para batir: Da esa textura de terciopelo a la salsa. Entera, siempre queda mejor.
- Caldo de pollo: Refuerza el sabor. Busca bajo en sal y prueba conforme vayas cocinando.
- Queso parmesano recién rallado: Básico para la cremosidad. Si puedes, mejor ralla un pedazo que comprarlo ya rallado.
- Queso crema: Agrega un plus de suavidad. Sácalo antes para que esté blandito y se mezcle fácil.
- Queso mozzarella rallado: Ese tirón de queso irresistible. Compra uno firme, de barra, no bolita.
- Perejil fresco picado: Da color y ese toque fresco. El italiano (de hoja plana) sabe más rico.
- Agua de cocción de la pasta reservada: Si la salsa queda muy espesa, la afloja fácil. Asegúrate de guardar un poco antes de escurrir.
Deliciosos Pasos
- Listo la pasta:
- Echa a hervir bastante agua salada y cocina la pasta hasta que esté al dente, unos ocho a diez minutos. Antes de escurrir, aparta media taza del agua con almidón. Escurre y deja la pasta por ahí.
- Preparo el pollo:
- Sazona las tiras de pollo generosamente con sal, pimienta y condimento italiano. Calienta aceite en un sartén grande a fuego medio-alto y pon el pollo, dejando que se cocine cinco o seis minutos, volteando hasta que esté bien dorado. Sácalo y resérvalo caliente.
- Arranco con ajo:
- Sigue usando el mismo sartén, ahora baja a fuego medio. Derrite la mantequilla y agrega el ajo picado y las hojuelas de chile (si quieres). Mezcla un minuto o dos, que huela rico pero no dejes que se dore el ajo.
- Armo la salsa cremosa:
- Agrega el caldo de pollo y la crema, raspa el sartén para que se suelte todo el saborcito. Deja que burbujee unos tres o cuatro minutos para que espese un poco.
- Voy con los quesos:
- Pon el fuego bajo y ve agregando el parmesano en varias tandas hasta que se derrita bien. Mete el queso crema suavizado poco a poco y después el mozzarella rallado. Revuelve hasta que todo quede súper cremoso, si espesa mucho echa algo del agua reservada de la pasta.
- Mezclo todo:
- Regresa el pollo al sartén junto con la pasta cocida. Mezcla despacio para que todo se impregne bien de salsa. Deja que se caliente todo junto dos o tres minutos.
- Final y a disfrutar:
- Apaga el fuego, espolvorea perejil fresco y parmesano extra. Sírvelo lo más caliente que puedas para que tenga la mejor textura.

Creo que lo que más me gusta es ver cómo se derrite bien la salsa de quesos cuando se va formando, el olor a ajo y parmesano invade la cocina y mi familia empieza a merodear esperando su plato. Esos sabores juntos a mí me saben a hogar.
Tips de Conservación
Guarda lo que sobra en un recipiente tapado en el refri, te dura hasta tres días. Para recalentar, échale un chorrito de leche o caldo y ponlo en la estufa o microondas. La salsa se va a espesar en el frío así que no te agobies si tienes que añadir líquido.
Opciones de Ingredientes
No tienes crema para batir, no pasa nada, usa leche entera o media crema para algo más ligero. Si tienes otra pasta, tipo penne o farfalle, también quedan bien. ¿No comes pollo? Saltea champiñones o calabacitas y cambia a caldo de verduras.
Formas de Servirlo
Sírvelo en platos hondos y encima ponle un poco más de parmesano y perejil. Para más color y sabor mete tomatitos cherry asados o unas hojas de espinaca al final. Pan crujiente o tostadas de ajo lo hace aún mejor.

Contexto Cultural
Platos de pasta cremosa con pollo como este tienen vibra de los favoritos ítalo-americanos (tipo Alfredo) pero aquí se mezcla el parmesano, mozzarella y queso crema para una versión más reconfortante y con queso que se estira delicioso.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Cómo hago que la salsa quede cremosa y suave?
Rallá parmesano fresco y agregalo de a poco, moviendo a fuego bajito para que se derrita bien. Si ves que espesa mucho, sumale un chorrito del agua de la pasta.
- → ¿Puedo cambiar el tipo de pasta?
Claro. Fusilli o rotini son geniales porque atrapan la salsa, pero penne o farfale también quedan súper en este plato.
- → ¿Cómo mantengo el pollo jugoso?
Ponéle condimentos, cocinálo a fuego medio-alto y da vueltas hasta que veas que ya está pero sin pasarte de cocción. Así no se seca.
- → ¿Le puedo poner verduras?
Totalmente. Mandale espinaca, arvejas o tomates secos cuando mezclás el pollo y la pasta. Vas a tener más color y sabor.
- → ¿Hay manera de hacerlo más liviano?
Sí, usá mitad leche y mitad crema, y queso crema bajo en grasa. Queda menos intenso, pero igual rico.
- → ¿Cómo caliento lo que sobra?
Calentálo despacio en sartén y agregá un chorrito de leche o caldo. Así la salsa vuelve a estar suave.