
Este pastel de durazno pone en primer plano lo mejor de la fruta fresca de verano. Queda doradito y súper esponjoso. Los gajos jugosos de durazno quedan repartidos en una masa con aroma a vainilla y al final parece algo sacado de una pastelería del campo. Pocas cosas tan fáciles llenan tanto a la gente. Cuando asoman los primeros duraznos en la frutería ya estoy soñando con prepararlo. Sírvelo recién hecho para una onda cálida o bien frío como postre refrescante y prepárate para que todos pidan otra rebanada.
La primera vez que preparé este pastel fue una tarde tórrida de julio. Terminé compartiéndolo con mi vecina tomando café en la terraza. Desde entonces, cada vez que sobran duraznos ya sé en qué los usaré.
Ingredientes Deliciosos
- Duraznos frescos: Busca que estén maduros pero firmes, que cedan un poquito al apretarlos pero sin estar blandos Un color vivo y un aroma rico ayudan mucho
- Harina de trigo común: Esta le da cuerpo a la masa Mejor si la tamizas antes para que quede todo más suave
- Azúcar blanca: Aporta ese dulzor y ayuda a que se dore bien Si la encuentras finita, mucho mejor porque se mezcla fácil
- Polvo de hornear: Hace que la masa suba y quede aireada Si tienes uno reciente, usalo porque si ya está pasado, no levanta igual
- Sal: Realza el sabor y equilibra lo dulce La sal de mar fina queda genial aquí
- Huevos grandes: Le dan consistencia y unen todo Si los tienes a temperatura ambiente se mezclan mejor
- Mantequilla sin sal: Si está blanda, el pastel queda más suave y le da ese toque rico Si puedes elige una de buena calidad
- Extracto de vainilla: Aporta el aroma cálido Busca uno puro para que huela increíble
Sencillos Pasos Para Hacerlo
- Deja Enfriar Y Sirve:
- Deja que el pastel repose un poco en el molde. Corta y listo, puedes servirlo tibio o frío según se te antoje
- Hornea:
- Mete la bandeja a un horno precalentado a ciento ochenta grados centígrados (trescientos cincuenta Fahrenheit) y ponla en el medio. Espera de treinta a treinta y cinco minutos o hasta que esté dorado y al pincharlo salga el palillo seco
- Llena el Molde:
- Vierte la mezcla en el molde engrasado y con la espátula arréglala para que quede pareja en la superficie
- Integra Los Duraznos:
- Agrega los gajos de durazno con mucho cuidado. Hazlo suave para que no se deshagan y cada mordida tenga fruta
- Mezcla Secos Y Húmedos:
- Poco a poco echa los ingredientes secos a los húmedos revolviendo despacio solo hasta que se junte todo. Si bates de más te va a quedar duro
- Bate Mantequilla Y Huevos:
- En otro bol bate la mantequilla (que esté blanda) con los huevos hasta que quede cremoso. Aquí es donde necesitas poner la vainilla para que se mezcle bien el sabor
- Combina Ingredientes Secos:
- En un bowl grande, mezcla tamizando la harina, azúcar, polvo de hornear y sal; revuelve suavemente para unirlos
- Lamina Los Duraznos:
- Corta los duraznos en gajos de aproximadamente medio centímetro para que se distribuyan bonito y se horneen uniforme
- Prepara el Molde:
- Engrasa bien una bandeja para hornear de veintitrés por treinta y tres centímetros con mantequilla (o un poco de aceite), que no queden esquinas sin cubrir

Darle una mordida a una porción cargada de durazno maduro es volver en el tiempo a los días de picnic familiar bajo el sol. Lo que más me gusta es cómo el aroma a mantequilla dorada inunda la casa mientras se hornea, imposible que alguien no venga a pedir "solo un poquito".
Soluciones Para Guardar
Si te sobra, guárdalo en un recipiente con tapa a temperatura ambiente por un par de días o mételo al refri para que dure hasta cinco días fresquito. ¿Quieres guardarlo por más tiempo? Congela porciones envueltas bien en plástico y papel aluminio. Sácalo a temperatura ambiente para descongelar y si quieres que sepa recién hecho ponlo al horno unos minutos bajo.
Cambios De Ingredientes
Si no hay duraznos puedes usar nectarinas o ciruelas. Para una versión sin gluten usa mezcla especial para hornear uno a uno. Y si eres vegano o intolerante, mantequilla vegetal queda de maravilla.
Sugerencias Deliciosas
Sírvelo tibio con helado de vainilla encima o con una nube grande de nata batida. Para un desayuno especial, prueba con azúcar glass y un chorrito de miel. Lo que sobra, caliéntalo y acompáñalo con el café o té de la mañana.

Un Clásico De Verano
Pasteles hechos así vienen de la costumbre de aprovechar la fruta del campo cuando hay de sobra. En mi familia siempre había uno recién hecho en el centro de la mesa, aún calentito. Es de esas tradiciones que nunca pasan de moda cuando quieres aprovechar la temporada.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Se pueden usar melocotones enlatados en vez de frescos?
Claro, si no tienes frescos a mano, los de lata funcionan. Solo procura escurrirlos bien para que la masa no quede demasiado mojada.
- → ¿Cómo guardo el pastel después de hornearlo?
Solo cúbrelo y déjalo en la encimera por dos días. Si lo quieres guardar más tiempo, mételo a la nevera y tendrás un tentempié fresquito.
- → ¿Puedo prepararlo sin gluten?
¡Por supuesto! Solo cambia la harina normal por mezcla para todo uso sin gluten y listo.
- → ¿Queda rico si lo sirvo tibio?
¡Súper sí! Caliente saca más juguito y hace que la textura quede aún más suave y reconfortante.
- → ¿Qué le puedo poner por encima?
Puedes probar con nata montada, azúcar glas o hasta una bola de helado de vainilla para darte un capricho extra.