
Cuando queremos algo reconfortante pero rápido de preparar, este pasta con pollo y tomate nunca falla en casa. El pollo doradito se mezcla con una salsa cremosa de tomate que cubre cada tira de linguini al dente. Puedes darle un toque extra con un poco de espinaca baby o albahaca fresca si tienes por ahí.
La primera vez la preparé un día que no sabía qué hacer porque la despensa se veía vacía, y me sorprendió lo rápido que salió sabrosa. Mi familia quedó tan feliz que tuve que apuntar cómo la hice para no olvidarla y repetirla seguido.
Jugosos Ingredientes
- Media crema: da suavidad sin que se sienta pesada usa lácteos frescos si puedes
- Caldo de pollo: aporta sabor intenso mejor si es bajo en sal para controlar el punto
- Miel: contrarresta la acidez y equilibra el tomate es mejor natural
- Salsa picante: le da chispa al resultado pero sin pasarse
- Polvo de cebolla: potencia el sabor búscalo fresco para que realce el plato
- Orégano seco, albahaca, mostaza en polvo: el trío clásico italiano busca hierbas bien aromáticas
- Pechugas de pollo sin piel ni hueso: proteína magra que queda tierna si la doras bien
- Sazonador italiano: puedes armarlo tú o usar uno bueno ya preparado
- Sal y pimienta negra: nunca deben faltar para dar gusto a todo
- Harina: logra que el pollo tome costra dorada cualquier harina para todo uso sirve
- Aceite de oliva: aporta intensidad mejor si es extra virgen
- Vino blanco seco: aligera el sabor usa Sauvignon Blanc o troca por más caldo
- Mantequilla: le da esa textura suave imprescindible no uses margarina
- Ajo: base aromática compra el que esté firme y sin brotes verdes
- Pasta de tomate: sabor extremo de tomate busca la de tubo para guardar fácil si sobra
- Queso parmesano rallado: toquecito salado y cremoso siempre ralla el bloque en casa para que derrita mejor
- Linguini: pasta clásica pero pon la que tengas te va a salir igual de rico
Sencillos Pasos Para Preparar
- Deja Todo Listo:
- Mezcla los ingredientes de la salsa en una taza grande. Saca y mide todo lo demás. Así todo sale rápido y sin olvidos cuando cocines.
- Alista el Pollo:
- Corta las pechugas a lo largo para que sean más delgadas. Cúbrelas con plástico y apachúrralas con un mazo (el lado rugoso) hasta que tengan más o menos de 1 cm de grosor. Sécalas bien, ponles sal, pimienta y sazonador italiano bien parejo. Espolvorea la harina y úntala por todo el pollo.
- Sellar el Pollo:
- Calienta aceite de oliva en una sartén grande. Dora los trozos de pollo en tandas para que queden bien dorados por fuera, unos cuatro o cinco minutos por lado. Sácalos y espera diez minutos antes de cortar en tiras, así se mantienen jugosos.
- Cocina la Pasta:
- Mientras el pollo se cocina, hierve agua con sal en una olla grande. Cocina el linguini siguiendo el paquete pero que quede al dente. Reserva un poquito de esa agua para ajustar la salsa después si hace falta.
- Salsa Base:
- Pon el vino, la mantequilla y el ajo en la misma sartén donde doraste el pollo. Deja que hiervan y reduce el vino a la mitad, unos cuatro minutos. Raspa el fondo con una espátula para aprovechar todo el sabor. Después, mezcla la pasta de tomate hasta que se integre.
- Salsa Cremosa:
- Ahora añade la mezcla que apartaste de la salsa, poco a poco y revolviendo. Lleva a hervor suave y luego baja el fuego y deja que apenas burbujee mientras terminas la pasta.
- Todo Listo Para Servir:
- Pon el queso parmesano poco a poco, mezclando para que se derrita sin grumos. Agrega la pasta escurrida y el pollo en tiras. Mezcla con suavidad para que todo se cubra bien. Prueba y ajusta la sal si hace falta, y sirve bien calientito.

Lo que más disfruto aquí es el queso parmesano, cómo se derrite en la salsa y suma ese saborcito umami tan bueno. Mi hija siempre pone más parmesano encima antes del primer bocado, y la verdad, no la culpo, le da un giro increíble.
Consejos Para Guardar
Guarda la pasta que te sobre en un tupper bien cerrado en el refri y se conserva tres días. Si vas a congelar, hazlo en porciones individuales para descongelar sin líos. Cuando recalientes, añade un chorrito de caldo de pollo para que vuelva la textura cremosa sin que la salsa quede pesada.
Cambia Sin Problemas
¿No tienes pechugas de pollo? Usa muslos deshuesados para que salga más jugoso. Si no quieres poner vino, solo usa más caldo de pollo y listo. Cualquier tipo de pasta larga o corta funciona, aprovecha lo que ya tienes en la despensa.

Cómo Servirlo
Esta pasta se disfruta solita pero con verduras al horno (ejotes, espárragos) queda increíble. Una ensalada verde crujiente y un pedazo de pan de ajo convierten todo en una comida reconfortante. Si quieres algo más goloso, arriba ponle un huevo pochado y sorprende a todos.
Historia y Contexto
Las salsas de tomate para pasta están en el corazón de la cocina italiana y también americana. Este platillo toma ideas de la clásica pasta cremosa de tomate y el pollo a la parmesana, pero sin empanizar ni freír. Usar crema en vez de salsa solo de tomate es muy de raíces ítalo-estadounidenses, porque así aprovechaban lo que encontraban fácil en EEUU.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo cambiar el tipo de pasta por otro diferente al linguini?
Claro, puedes usar penne, espaguetis, rigatoni o la que más te guste. Simplemente revisa el tiempo de cocción y ya está.
- → ¿Qué puedo usar en vez de vino blanco para la salsa?
El caldo de pollo va de maravilla en lugar del vino blanco y le da sabor suave sin nada de alcohol.
- → ¿Tiene que ser parmesano fresco o vale el de sobre?
El parmesano rallado recién hecho se derrite bien y mejora el sabor, el de sobre puede dejar la salsa un poco arenosa.
- → ¿Se pueden meter verduras con la pasta?
Sin problema. Prueba con espinaca, setas, tomate picado o albahaca fresca para darle un toque diferente.
- → ¿Cómo guardo y recaliento las sobras?
Guárdalas en un recipiente cerrado en la nevera hasta 3 días, o congela máximo 3 meses. Recalienta suave en fuego bajo, ponle un poquito de caldo si notas que está seca.