
Pasta con mantequilla y ajo te salva cuando tienes hambre y ganas de algo rico sin complicarte. Se prepara todo en una sola olla, en poco tiempo y queda cremoso con sabor a ajo fresco, parmesano y un toque ácido de limón. Yo la hago muchísimo entre semana, pero también queda genial cuando la llevas de acompañamiento a reuniones familiares.
Probé este plato buscando algo más ligero para cenar y terminó trayendo recuerdos de mis amigos preguntando cómo logré esa salsa tan mantequillosa
Deliciosa lista de ingredientes
- MOSTAZA EN POLVO, ALBAHACA, ORÉGANO Y PEREJIL SECOS: le dan ese toque italiano a la salsa. Usa especias que huelan fuerte para que realmente resalten.
- PIMIENTA, TOMILLO SECO Y POLVO DE CEBOLLA: el acabado es cálido y muy rico. Elige hierbas verdes, no pálidas.
- MANTEQUILLA: el secreto de la suavidad. Mejor sin sal para controlar el punto justo.
- DIENTES DE AJO: sin esto no lucen los sabores. Los de frasco, mejor ni pensarlos. Escoge ajos con piel tensa y gorditos.
- CALDO DE POLLO: da profundidad. Mejor bajo en sal para no pasar el sabor.
- MEDIA CREMA: lo hace muy cremoso sin ser pesado. Que esté fresca para que quede suave.
- SALSA DE SOYA: potencia el sabor y lo hace más sabroso. Si puedes, que sea fermentada naturalmente.
- CUBITO DE CALDO DE POLLO: sube el sabor del caldo. Elige uno sencillo y sin tantos químicos.
- Queso parmesano: recién rallado para que derrita perfecto. Ralla todo justo antes de usar.
- Zumo de limón fresco: da un golpe de sabor y frescura. Solo usa limones reales, el de bote no sirve aquí.
- Pasta shellbow u otra parecida: perfecta para agarrar la salsa. Intenta con cavatappi, caracoles u otro formato con pliegues.
Fáciles pasos para prepararlo
- Deja todo a la mano:
- Antes de iniciar, ten todo medido y listo porque esto va rápido y así no te olvidas de nada.
- Arranca con el sabor:
- Derrite tres cucharadas de mantequilla a fuego medio en una olla grande y pesada. Agrega el ajo picado y tus especias secas ya mezcladas. No dejes de revolver por dos minutos, solo hasta que el ajo huela rico y la mantequilla empiece a espumar.
- Dale tiempo a la salsa:
- Agrega el caldo, la media crema, un chorrito de soya y la mitad de un cubito de caldo. Mezcla bien y deja que hierva fuerte, moviendo al tiempo para deshacer el cubito.
- Echa la pasta:
- Cuando rompa hervor, pon la pasta. Deja que vuelva a hervir y cocina sin tapar lo que marque el paquete. Muévela seguido para que no se pegue y que le llegue salsa a todas las piezas. Pruébala antes de apagar, debe estar firme pero cocida.
- Remata con queso y limón:
- Baja la flama. Añade el parmesano de a poco y mueve suave hasta que se derrita. Exprime el limón cuando termines, fuera del fuego, para un toque súper fresco.
- Mantequilla final para suavidad:
- Pon la mantequilla restante, tapa un minuto para que se funda y después mezcla suave. Verás cómo la salsa brilla y se pega delicioso a la pasta.

Sin duda lo que más adoro aquí es el zumo de limón recién exprimido. Levanta la mantequilla y el queso y lo vuelve todo súper vivo. Recuerdo a mi sobrina sonriendo como nunca cuando probó la pasta justo por esa chispa tan fresca del limón.
Consejos para guardar
Si te sobra, guárdalo tapado en el refri hasta tres días. La pasta se bebe la salsa, así que échale un poquito de caldo o agua al recalentar y vuelve a quedar cremosa.
Puedes congelar porciones hasta tres meses, aunque la textura queda mejor recién hecho.
Para recalentar, mejor al vapor en baño María que en micro, así recupera la consistencia suave.
Cambios en los ingredientes
Cualquier pasta chica sirve, prueba con rotini, coditos medianos o hasta moñitos.
Si lo quieres vegetariano pon caldo de verduras en vez de pollo.
Si tienes solo parmesano de bolsa, agrégalo despacito y remueve bien para que no quede arenoso.

Ideas para servirlo
Este plato luce por sí solo en cenas rápidas, pero también combina con filetes de pollo empanizados, camarones a la plancha, verduras al horno o con ensalada sencilla de hojas verdes.
Sírvelo con pan de ajo o pan rústico y no dejes ni gota de la salsa.
Un poco de historia
La pasta con mantequilla y ajo se inspira en lo más básico de la cocina italiana, pero toma su toque americano usando solo una olla y algunos ingredientes inesperados como mostaza en polvo y salsa de soya, que curiosamente conviven muy bien sin quitarle protagonismo al resto de los sabores.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Qué tipo de pasta queda mejor?
Prueba orecchiette, caracoles medianos, rigatoni, farfalle, shellbow o cavatappi. Todas atrapan súper bien la salsa de mantequilla.
- → ¿Puedo poner ajo en frasco?
El ajo fresco siempre da mejor sabor, pero si no tienes, puedes usar el de frasco aunque es más suave y cambia el aroma.
- → ¿Hay algo para cambiar la crema?
Puedes cambiar por leche entera. Pero si usas leche baja en grasa, ya no queda tan cremoso.
- → ¿Qué proteína le puedo añadir?
Puedes sumar pollo cocido, camarones o tofu justo antes de terminar. Se empapan súper bien del sabor de la salsa.
- → ¿Cómo la hago completamente vegetariana?
Basta con usar caldo vegetal y saltarse el cubito de caldo. Así tendrás la opción totalmente vegetariana.
- → ¿Cómo se guardan y recalientan los restos?
Pon la pasta en un recipiente cerrado en la nevera hasta 3 días. Para recalentar y que quede bien, hazlo despacio al baño maría en la estufa.