
Aquí va todo lo rico y cremoso junto en una sola fuente. El pastel de carne jugoso se junta con macarrones bañados en queso. Lo pones directo al horno y a todos en la mesa les va a encantar porque queda súper reconfortante y llena muchísimo.
Esta mezcla me fascina sobre todo cuando hace frío. La hice por primera vez una noche que no tenía nada que hacer y ahora no podemos dejar de prepararla. Nos enamoró la combinación de macarrones y carne.
Deliciosos ingredientes
- Cheddar: El toque fuerte y súper cremoso, recién rallado queda brutal
- Rinderhackfleisch: La base del sabor, elige carne molida fresca del carnicero
- Ketchup: Añade un puntito dulce y tomatoso
- Makkaroni: Compra de buena calidad para que la salsa se quede pegada
- Zwiebel: Picada en trocitos le da jugosidad y aroma
- Milch: Usa leche entera para que todo se ponga muy cremoso
- Pfeffer: Molido al momento, aporta un toque picante suave
- Ei: Une todos los ingredientes entre sí
- Salz: Un poco de sal marina realza todos los sabores
- Semmelbrösel: Para que la mezcla tome cuerpo y la puedas moldear fácil
Fácil paso a paso
- Mete la mezcla en la fuente:
- Pon la mezcla en una fuente que hayas engrasado antes y aplana la superficie para que todo quede igual
- Mueve bien todo junto:
- Junta carne, macarrones, queso, leche, pan rallado, kétchup, cebolla, huevos, sal y pimienta en un bol grande y mezcla todo con las manos
- Al horno:
- Llévalo al horno a 175 grados y en unos 45 minutos tendrás una maravilla dorada
- Hierve los macarrones:
- Cocina la pasta al dente en mucha agua salada como dice el paquete, enfríalos y deja que reposen un momento
- Espolvorea más queso encima:
- Cubre todo con bastante cheddar rallado para que forme una costra crujiente y dorada
- Ten un poco de paciencia después de hornear:
- Dale unos minutos para que asiente antes de cortar, así sale perfecto y los sabores se mezclan mejor

¿Lo que más me gusta? Esa costra crujiente de queso derretido doradito. Casi siempre lo acompaño con ensalada o verduras al horno. Y al día siguiente los restos están aún mejor.
Guardar y aprovechar sobras
Cuando salga del horno, déjalo enfriar por completo. Guarda los pedazos en la nevera hasta tres días. Para recalentar, puedes poner las porciones en una sartén o cubrir la fuente con aluminio y darle un toque más en el horno. Si te sobra mucho, congélalo en trocitos bien envueltos y listo.
Cambios en ingredientes
¿Te animas a probar otros quesos? Usa emmental, gouda o gruyère si te gusta variar. Puedes sumar cubitos de tocino o hierbas frescas para más sabor, y si quieres, mete nuez moscada o pimentón para darle aún más matices.
Ideas para servir
Va genial con una ensalada verde crujiente o verduras asadas de colores. Una cucharada de yogur encima también queda super rico. Y a los que les flipa el queso, que no falte un poco más al servir.

Cocina antes y ahora
Platos así nacen muchas veces por influencia de la cocina estadounidense, un poco entre macarrones con queso y el típico pastel de carne que muchos conocen. En EEUU se ponen bastante creativos, pero el éxito en casa fue por vaciar la nevera cuando ya no había de nada.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Qué queso queda mejor aquí?
El cheddar hace que todo quede muy suave y sabroso. Puedes mezclarlo con gruyère o emmental para darle más toque.
- → ¿Puedo dejarlo preparado desde antes?
Sí, solo mezcla todo por la noche, tapa y mételo en la nevera. Al día siguiente, directo a hornear.
- → ¿Qué tal si quiero cambiar algo?
Si te apetece variar, échale pimientos o unos granos de maíz. O anímate con salsa de chile para más chispa.
- → ¿Cómo logro una superficie bien crujiente?
Pon extra de queso encima. En los últimos minutos, sube la temperatura y déjalo dorar bien.
- → ¿Sirve para guardar y comer después?
Claro, lo guardas tapado en la nevera y tienes para dos o tres días. Puedes calentarlo o pasarlo por la sartén en rodajas.