
Esta sopa italiana tradicional es un plato reconfortante y lleno de sabor, con albóndigas suaves, verduras frescas y pasta pequeña en un caldo delicioso. Ideal para noches frías o cuando necesitas algo que te abrace al instante.
La primera vez que hice esta sopa fue para una cena familiar y pronto se volvió una tradición favorita. Los ingredientes frescos y pasos sencillos la hacen una opción que siempre vuelvo a preparar cuando quiero algo nutritivo y con cariño.
Ingredientes clave
- Carnes molidas de res y cerdo: mezclas que mantienen las albóndigas jugosas y llenas de sabor. Busca carne fresca y de buen color.
- Pan rallado: une la mezcla y deja las albóndigas suaves. Puedes usar normal o con especias italianas según tu gusto.
- Queso parmesano rallado: aporta un sabor intenso y sabroso a las albóndigas. Lo mejor es usar queso recién rallado.
- Perejil fresco picado: aporta frescura y un toque verde a las albóndigas. El de hoja plana tiene más sabor.
- Ajo y cebolla en polvo: dan sabor suave sin opacar el resto de ingredientes.
- Sal y pimienta negra recién molida: esenciales para resaltar todo el sabor.
- Aceite de oliva: para dorar las albóndigas y cocinar las verduras. Extra virgen da un aroma rico.
- Cebolla, zanahoria y apio picados: la base clásica del sofrito que da sabor al caldo. Escoge verduras firmes y coloridas.
- Caldo o fondo de pollo: líquido sabroso para cocinar la sopa. Puede ser casero o comprado si es de buena calidad.
- Pasta acini di pepe o pasta pequeña: estas pastas diminutas se cocinan rápido y encajan bien con todo.
- Espinaca bebé: aporta un toque verde fresco y un sabor leve a tierra. Usa hojas frescas y crujientes.
- Jugo de limón recién exprimido: da un toque ácido que equilibra la riqueza del plato. Prefiere limones maduros para mejor jugo.
- Parmesano extra para servir: para terminar cada plato con su toque cremoso y sabroso.
Paso a paso para cocinar
- Haz la mezcla de las albóndigas
- En un bol grande junta la carne molida de res y cerdo, pan rallado, parmesano, perejil, ajo en polvo, cebolla en polvo, sal y pimienta. Mezcla todo bien pero sin pasarte para que queden suaves.
- Forma las albóndigas
- Haz bolitas pequeñas, como de un centímetro de diámetro. Así se cocinan rápido y son fáciles de comer.
- Dora las albóndigas
- En una olla grande calienta aceite de oliva a fuego medio. Cocina las albóndigas en tandas para que se doren parejo, unos cinco minutos por tanda. Sácalas y ponlas aparte para que mantengan su forma.
- Cocina las verduras
- En la misma olla añade la cebolla, zanahoria y apio picados. Cocina a fuego lento hasta que estén suaves, unos cinco minutos, para sacar su dulzura y armar la base del caldo.
- Hierve con el caldo
- Agrega el caldo de pollo y lleva a ebullición. Regresa las albóndigas a la olla y baja el fuego al mínimo. Deja que hierva suave por veinte minutos para que se mezclen los sabores y las albóndigas terminen de cocinarse.
- Cocina la pasta
- Echa la pasta acini di pepe y cocina diez minutos más, hasta que esté tierna pero firme. Eso da un contraste agradable en la textura.
- Agrega las espinacas y termina
- Incorpora la espinaca y el jugo de limón solo hasta que las hojas se marchiten, como dos minutos. Esto mantiene ese verde vivo y aporta un poco de frescura ácida.
- Prueba y sirve
- Pruébala y ajusta sal y pimienta si hace falta. Sirve caliente en platos y espolvorea parmesano extra para un toque final delicioso.

Lo que más me gusta de esta sopa es el perejil fresco que le pone vida a las albóndigas y eleva todo el sabor. La preparé una vez en invierno para una reunión y todos repitieron, encantados con la sopa y la compañía.
Trucos para guardar
Deja que la sopa se enfríe bien antes de meterla al refri. Guárdala en un recipiente cerrado y consume en tres días para que esté fresca. Las albóndigas mantienen su textura si la calientas suave en la estufa, perfecta para sobras. Puedes congelarla en porciones, pero pon la espinaca fresca al momento de calentar para que siga verde y tierna.
Cambios en ingredientes
Si quieres, cambia la mezcla de res y cerdo por pavo o pollo molido para algo más ligero. Prueba kale o acelga en lugar de espinaca para otra textura verde. Con caldo de vegetales tienes una opción sin carne, usando bolitas vegetarianas o champiñones en vez de albóndigas.
Ideas para acompañar
Sirve con pan crujiente italiano para aprovechar todo el caldo con el pan. Un vino blanco ligero como Pinot Grigio o Verdicchio le va súper bien. Una ensalada simple de rúcula con vinagreta de limón equilibra la contundencia de la sopa.

Esta sopa es justo lo que quieres para días fríos, y sabe todavía mejor al día siguiente cuando los sabores se juntan bien.
Preguntas Frecuentes Sobre Recetas
- → ¿Qué pasta va mejor en esta sopa?
Las pastas pequeñas como acini di pepe, ditalini o orzo son las mejores porque se cocinan rápido y se integran genial con el caldo y las albóndigas.
- → ¿Puedo usar otro tipo de carne para las albóndigas?
Claro, aunque la carne de res y cerdo son las típicas, puedes usar pavo o pollo para algo más ligero sin perder sabor.
- → ¿Cómo lograr un caldo más sabroso?
Haz caldo de pollo casero para darle más cuerpo. También sofríe las verduras despacio antes de echar el caldo para intensificar el sabor.
- → ¿Cómo hago las albóndigas para que queden suaves?
Mezcla la carne suave con pan rallado, queso, perejil y condimentos sin batir demasiado, y forma bolitas pequeñas y parejas para que queden tiernas.
- → ¿Se puede poner un toque picante?
Un poco de hojuelas de chile rojo mientras hierve le da un calorcito sutil que combina perfecto con los sabores ricos.
- → ¿Cómo evitar que la espinaca se pase de cocción?
Agrega la espinaca al final y revuelve solo hasta que se marchite, como uno o dos minutos, así mantiene su color y textura.