
Si se te antoja algo que todos disfruten y calienta hasta el alma, este pollo con ajo y miel más fideos se hace en una sola sartén y en menos de media hora. Huele tan rico que seguro atraes a todos a la cocina. El pollo jugoso, la salsa dulce y salada y los fideos reconfortantes hacen que nadie diga que no y muchos pidan repetir.
Una vez lo cociné llegando del trabajo cuando la nevera estaba casi vacía. Los ingredientes básicos me salvaron la cena y, para ser sincero, al día siguiente recalentado estaba todavía mejor.
Brillantes Ingredientes
- Aceite de oliva: hace más sabroso y ayuda a dorar el pollo. Si tienes de variedad extra virgen sabe aún mejor.
- Pechuga o muslos de pollo sin hueso ni piel: cortados los trocitos quedan jugosos. Los muslos dan más sabor, la pechuga menos grasa.
- Ajo fresco: da un aroma fuerte y profundo que se siente desde el primer bocado.
- Cebolla pequeña: agrega un dulzor suave y completa el olor. Lo mismo sirve amarilla que blanca.
- Miel de abeja: es la clave para el sabor pegajoso y dulce. Ponle pura para que brille la receta.
- Salsa de soja: aporta ese punto salado y a umami. Baja en sodio es igual de rica y más ligera.
- Salsa hoisin: endulza y le da cuerpo a la salsa. Escoge una buena marca para lograr el mejor toque.
- Vinagre de arroz: da ese punto de frescura. Usa sin sazonar para que no tape los otros sabores.
- Aceite de sésamo: un chorrito da aroma de nuez. El tipo tostado es el más intenso.
- Copos de chile rojo: opcional si te gusta un leve picantito. Empieza con poquito si eres sensible.
- Fideos: absorben todo el jugo. Lo mein o espaguetis sirven, pero checa la textura mientras se cocinan.
- Caldo de pollo: ayuda a cocer los fideos y hace todo más sabroso. Casero o bajo en sal, tú eliges.
- Mezcla de maicena y agua: opcional si buscas una salsa más espesa. Déjala hervir para que tome buena textura.
- Cebollín: trocitos frescos que dan color y hasta frescura. Córtalos justo al final.
- Semillas de sésamo: tostaditas quedan bonitas y aromáticas por encima.
- Sal y pimienta: sirve para ajustar el sabor, pero ten cuidado con la soja que ya tiene sal.
Fáciles Pasos
- Decora y Sirve:
- Llena la parte de arriba con cebollín picado y semillas de sésamo. Servirlo bien caliente directo de la sartén es lo mejor.
- Espesa todo:
- Si prefieres que la salsa quede bien pegajosa, mezcla la maicena con agua y agrégala. Sube el fuego y cocina unos minutos. Sabes que está lista cuando la salsa se agarra del pollo y fideos.
- Junta todo:
- Regresa el pollo dorado a la sartén y mezcla con los fideos y la salsa hasta que todo quede bien cubierto. Pruébalo y, si hace falta, ajusta sal y pimienta.
- Cuece los fideos:
- Vierte el caldo y mete los fideos crudos directo al sartén. Mezcla para que se bañen en la salsa. Tapa y deja unos diez minutos, removiendo de vez en cuando para que no se peguen. Así quedan suaves y llenos de sabor.
- Hierve la salsa:
- Agrega miel, soja, hoisin, vinagre de arroz, aceite de sésamo y un toque de chile. Remueve bien y deja hervir un par de minutos. Esto une y concentra todos los aromas y espesa un poco el jugo.
- Arma la base de sabor:
- Sin cambiar de sartén, echa el ajo y la cebolla picada. Mueve suave por unos minutos hasta que la cebolla esté transparente y el olor a ajo se note. Si el fondo de la sartén tiene dorado, raspa con la espátula que ahí está el sabor.
- Dora el pollo:
- Pon aceite en sartén grande y que se caliente bien a fuego medio. Añade el pollo en una sola capa. Espera sin moverlo unos tres minutos hasta que se despegue fácil. Dalo vuelta y deja otros dos o tres minutos hasta dorar. Luego sácalo y reservalo. Así todos los jugos quedan dentro del pollo.

En mi casa cuando hago este plato mis hijos discuten el último trozo de pollo porque la salsa es adictiva. Lo que más me gusta es el brillo dorado del glaseado de miel y ajo; me recuerda a esas cenas tipo takeout de fin de semana y todo sabe a festejo casero.
Ideas para Guardar
Cuando se enfríe, mete lo que sobra en un tupper bien cerrado. Guárdalo en la nevera hasta por tres días. Si lo recalientas, hazlo a fuego bajito en sartén y pon un chorrito de caldo o agua para que la salsa se haga suavecita otra vez. Evita el microondas demasiado tiempo porque el pollo se puede secar.
Opciones de Ingredientes
Cambia el pollo por tofu o entre muslo y pechuga, como prefieras, para darle tu estilo. Si prefieres, puedes usar jarabe de arce en vez de miel para un punto distinto. Si el hoisin te resulta muy dulce, simplemente sácalo. Tampoco pasa nada si usas espaguetis o linguini cuando no encuentres lo mein.
Cómo Servirlo
No necesita mucho extra: acompaña simplemente con brócoli al vapor, pak choi o tirabeques para más textura fresca. Si lo prefieres con un toque crujiente, añádele encima un poco de pepino o unos cacahuetes picados.

Un Poco de Historia
Este plato nace de esos tazones de fideos inspirados en lo asiático, pero con la facilidad del día a día. Las combinaciones de soja, ajo y miel nunca fallan porque el equilibrio entre salado, dulce y umami encanta tanto en la casa como en restaurantes.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar otros tipos de fideos?
Claro, puedes cambiar los fideos por lo mein, espaguetis o cualquier pasta larga que aguante la cocción y se impregne bien de la salsa.
- → ¿Es mejor con pechuga o muslo de pollo?
Ambos quedan bien. Si buscas jugosidad extra, elige muslo. La pechuga es más magra, así que depende de lo que prefieras.
- → ¿Es un plato muy picante?
No, sale suave. El ají es opcional, así que puedes poner o no según tus ganas de picante.
- → ¿Cómo se guardan las sobras?
Enfría bien y guarda en un recipiente cerrado en la heladera por tres días. Si queda muy seco, échale un poco de caldo al recalentar.
- → ¿Puedo hacerlo sin carne?
Puedes. Cambia el pollo por tofu y usa caldo de verduras, sale igual de sabroso y la textura es buenísima.