
Estos pastelitos de calabaza en forma de mano son la forma más adorable de disfrutar el sabor acogedor de la calabaza en cualquier festejo. El relleno suave y especiado va cubierto con una masa delicada y hojaldrada, terminados con azúcar brillante. A todos les encantan, ya sea en fiestas o solo por apapacharse un poco.
Cada vez que los preparo, todos sonríen con lo lindos que quedan. Hasta mis peques se entusiasman ayudando a cerrar las orillas y espolvorear el azúcar.
Deliciosos Ingredientes
- Masas de pastel refrigeradas: Un paquete trae dos bases y hace todo súper fácil. Si puedes, elige una buena marca para lograr ese sabor mantequilloso que se derrite.
- Puré de calabaza: Que sea sin azúcar para que puedas darle el dulzor a tu gusto. Debe estar bien suave y de color naranja brillante.
- Azúcar morena: Dale calorcito y ese toque de melaza. Busca una bolsa blandita y fresca para mejores resultados.
- Crema para batir: El secreto para una textura sedosa y cremosa. Fíjate que tenga bastante grasa para más suavidad.
- Especias para pie de calabaza: La auténtica protagonista. Busca la mezcla que lleve canela, nuez moscada, clavo y jengibre.
- Sal kosher: Resalta todos los sabores del relleno. Usa sal fina para que se mezcle bien.
- Huevo: Sirve para sellar y dar ese brillo dorado. Si puedes, que sean frescos del campo.
- Agua: Se usa para hacer más ligera la mezcla de huevo. Si tu agua huele raro, mejor usa filtrada.
- Azúcar gruesa tipo sanding o turbinado: No es obligado, pero le da un toque crujiente y mucha vista. Elige azúcar de grano grandote y brillante.
Súper Fáciles Pasos
- Comienza con el Horno y las Bandejas:
- Pon el horno a calentar a doscientos grados centígrados. Cubre dos bandejas grandes con papel parchment para que nada se pegue y déjalas cerca de ti.
- Estira la Masa de Pastel:
- Pon un poco de harina en la mesa de trabajo. Desenrolla la masa despacito. Si queda alguna arruga pásale el rodillo pero sin dejarla tan delgada que se rompa.
- Corta Formas de Calabaza:
- Con un cortador de galleta en forma de calabaza (unos siete a diez centímetros), haz las figuras en la masa. Colócalas en tus charolas listas. Junta los restos, estíralos otra vez y corta más. Trata de sacar unas dieciséis a veinte piezas. Si pones las figuras al refrigerador mientras sigues, te queda la masa más suave.
- Prepara el Relleno:
- En un bowl mediano mezcla el puré de calabaza, el azúcar morena, la crema para batir, una cucharadita de especia y la sal. Bate bien hasta que todo esté cremoso y se vea suavecito.
- Rellena las Calabacitas:
- Saca una charola del refri. Pon dos o tres cucharadas del relleno en el centro de cada figura. Deja como un centímetro libre en las orillas para que puedas cerrarlas.
- Adorna y Prepara las Tapas:
- Toma la segunda bandeja de calabazas. Haz cuatro cortecitos curvos con cuchillito pequeño en cada figura para que parezcan las líneas de la calabaza.
- Cierra y Marca las Orillas:
- Bate el huevo con una cucharadita de agua en un bowl. Usa una brochita de cocina para poner esta mezcla en los bordes de las calabazas rellenas. Cubre cada una con otra figura encima y acomoda bien las orillas. Presiona leve y luego usa un tenedor para sellar y darle forma a todo el borde.
- Dale Brillo:
- Pincela la mezcla de huevo sobre la parte de arriba. Mezcla azúcar gruesa con media cucharadita de especia y ponles bastante encima para que brillen y queden crujientes.
- Hornea:
- Pon las charolas al horno. Hornea por quince a veinte minutos. Estate pendiente. Si ves que los bordes se doran muy rápido, cúbrelos con tiritas de papel aluminio, sobre todo los cabitos.
- Deja Enfriar y Disfruta:
- Espera cinco minutos con los pastelitos en la bandeja para que no se desparrame el relleno. Luego pásalos a una rejilla. Puedes comerlos tibios o esperar a que estén a temperatura ambiente.

Lo que más me gusta es cuando el horno suelta ese aroma mantequilloso a calabaza y especias. Mi hija dice que el toque crujiente del azúcar los hace sus favoritos de toda la época festiva.
Consejos de Guardado
Antes de guardarlos, asegúrate de que los pastelitos estén fríos. Mételos en un recipiente cerrado y ponlos en el refri, aguantan cuatro días. Si quieres que queden otra vez crujientes, mételos unos minutos al horno o freidora de aire a ciento setenta y cinco grados centígrados. No los calientes demasiado tiempo, sólo que estén calientes y crocantes.
Opciones Si Falta Algo
Si prefieres, cambia la masa refrigerada por una casera. Si te quedaste sin azúcar morena, usa azúcar de coco o un poquito de miel de maple. Para quienes no consumen lácteos, sirve crema de coco en vez de crema para batir y leche vegetal en vez de huevo para el brillo.
Ideas para Servir
Pon los pastelitos fríos en una charola bonita y espolvorea más especia encima para que se vean geniales. Va súper con café o cidra de manzana, ideal para mesa de postres. O échalos en la lonchera y dale una sorpresa otoñal a tus peques.

Dato Curioso
El pie de calabaza se come en América desde hace siglos, pero en esta versión de pastelito en mano es más práctico y lo puedes llevar a cualquier lado sin hacer relajo. Yo los conocí en un mercado de otoño en Vermont y desde ahí no dejo de hacerlos.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Cómo consigo que la masa quede crujiente?
Trata la masa con cuidado y no la amasas mucho para mantenerla ligera. Los ingredientes fríos ayudan mucho también.
- → ¿Puedo usar masa de tarta casera?
Claro, la masa hecha en casa queda súper bien y te permite ajustar la textura y el sabor.
- → ¿Cómo evito que el relleno se salga?
Deja espacio alrededor del relleno y aprieta muy bien los bordes con un tenedor para sellarlas antes de hornear.
- → ¿Se pueden preparar con anticipación?
Sí, arma las empanaditas y congélalas sin hornear. Mételas al horno directamente desde el congelador después de ponerles huevo y azúcar.
- → ¿Quedan mejor calientes o frías?
De las dos formas están riquísimas, pero si las calientas el sabor se realza y la masa queda más crujiente.