
Cuando me faltan minutos y todos piden algo reconfortante, la pasta cremosa con pollo, ajo y parmesano me salva al instante. Es como tener un restaurante en casa en menos de media hora. Es ideal para días movidos o cuando sólo quiero que todos queden felices y llenos.
La primera vez que preparé este platillo, mis hijos dejaron limpio el plato. Desde ahí, se volvió algo que hago casi cada semana. Lo que más disfruto es el aroma a ajo inundando la casa mientras cocino.
Tentadores Ingredientes
- Pasta penne o formas medianas: Ideales para atrapar la salsa. Elige pasta de buena calidad o corte bronce para mejor textura
- Pechuga de pollo: Sin hueso ni piel, en cubos. Queda jugosa y se cocina en minutos. Mejor si es fresca o tipo air-chilled por el sabor suave
- Mantequilla: Usa sin sal para una salsa aún más sedosa. La mantequilla estilo europeo le suma un toque de lujo
- Ajo: Usa dientes frescos para un sabor más intenso. El ajo prepicado pierde potencia
- Nata líquida: Que esté a temperatura ambiente. Así espesa increíble y no se corta. Fíjate que sea sin añadidos
- Queso parmesano: Rállalo justo antes de mezclar. Aporta ese punto entre tostado y salado. Si tienes Parmigiano Reggiano, ni lo dudes
- Aceite de oliva: Sella el pollo y deja un leve picor. Mejor si es extra virgen, así está más verde y marcado el sabor
- Condimento italiano: Es opcional pero suma aroma y capas de sabor. Prefiere mezclas con orégano, tomillo y romero
- Ají triturado: Agrega un picor suave si te gusta. Pon más o menos según lo que aguantes
- Sal y pimienta: Levantan todos los sabores. Lo ideal es utilizar sal gruesa y pimienta recién molida
- Perejil fresco: Le da color y frescura. Cierra con perejil de hoja plana para que luzca más bonito
Cómo Se Hace Paso a Paso
- Mezcla Todo y Termina:
- Echa la pasta escurrida y el pollo cocido en la sartén. Mézclalo bien para envolver todo con la salsa. Si ves que espesa mucho, pon un chorrito del agua de cocción que reservaste. Deja que se junte todo a fuego bajito unos cinco minutos.
- Decora y Sirve:
- Prueba y ajusta más sal, pimienta, ají o perejil. Termina por encima con perejil picado y sírvelo al toque, bien calentito.
- Haz la Salsa de Ajo y Parmesano:
- Baja a fuego medio. Pon la mantequilla en la misma sartén y deja que se derrita. Agrega el ajo y revuélvelo hasta que huela fuerte y apenas se dore. Eso libera su dulzura. Echa la nata y mezcla sin parar hasta que humee, sin hervir. Incorpora el parmesano de a poco, mezclando siempre para que se funda todo y quede liso.
- Corta y Prepara Todo:
- Pica el pollo en cubos de dos centímetros, el ajo muy finito y ralla el parmesano. Ten ya listos los demás ingredientes. Así después no se te pasa nada y todo sale rapidísimo.
- Cocina la Pasta:
- Hierve bastante agua con sal y añade la pasta. Remueve para que no se pegue. Deja que quede al dente, según el paquete. Guarda media taza del agua y escurre la pasta.
- Dora el Pollo:
- Calienta una sartén grande a fuego alto y echa el aceite de oliva. Cuando chisporrotee, pon el pollo bien extendido. No lo muevas hasta que se dore de un lado, luego da la vuelta y termina de cocinarlo. Sácalo y resérvalo.

Para mí el parmesano recién rallado es lo mejor de todo. Hay algo único en cómo se derrite, poniendo ese toque ácido y a nuez. Los que vienen a casa siempre piden más queso y los entiendo. Mi recuerdo más feliz de este plato fue enseñar a mi hija a rallar su primer pedazo de parmesano para esto.
Trucos Para Guardar
Guarda las sobras bien tapadas en la nevera, hasta tres días máximo. Para recalentar, es mejor usar una olla y poner un poco de nata o leche para ablandar la salsa. Si lo congelas, aguanta hasta un mes, pero recién hecho es como más rico está.
Cambios de Ingredientes
Cambia penne por rotini o rigatoni. Si te gusta la carne más jugosa, usa muslos de pollo deshuesados. Para hacerlo más liviano, pon mitad crema y mitad leche, o usa crema de coco si no quieres lácteos. El parmesano pre-rallado no se funde bien—no caigas en esa tentación.
Ideas Para Acompañar
Va de maravilla con pan de ajo o una ensalada verde crujiente. Quédate satisfecho agregando brócoli al horno o arvejas directamente a la pasta. También combina espectacular como guarnición de un bife a la parrilla o pescado.

Un Poco de Historia
Esta receta es una mezcla entre la Alfredo clásica italiana y las pastas cremosas americanas. Junta lo mejor de los dos mundos: una salsa potente y proteína que llena, por eso siempre termina siendo el plato estrella de la semana en casa.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Qué tipo de pasta queda mejor aquí?
Macarrones cortos como rigatoni, rotini o penne agarran bien la salsa y hacen cada cucharada súper sabrosa con el pollo.
- → ¿Puedo usar parmesano en bolsa en vez de fresco?
El parmesano rallado al momento derrite mejor y da un sabor fuerte, pero si solo tienes el de bolsa también sirve. Solo que la salsa no queda igual de cremosa.
- → ¿Se tiene que usar nata de montar? ¿Hay opciones?
Lo más cremoso sale con nata, pero si quieres más ligero, usa leche entera o mitad y mitad. Ojo que la salsa queda más líquida.
- → ¿Cómo le puedo dar más sabor?
Mete un poco de especias italianas o un toque de ají rojo. Y si le pones perejil recién picado al final, todo queda más fresco y sabroso.
- → ¿Puedo prepararlo antes para la semana?
Claro, lo guardas cerrado hasta tres días. Cuando lo calientes, échale un chorrito de leche o nata para que siga cremoso.
- → ¿Se hace todo en la estufa?
Sí, todo va directo en la estufa. Doras el pollo, mezclas con la salsa y la pasta, y no necesitas otro aparato ni horno.