
Este crujiente plato de berenjena sin gluten me hizo redescubrir mi gusto por los platos calientes al horno con verduras. Es una opción sana y dorada inspirada en el clásico italiano donde las láminas de berenjena quedan con una corteza rica y combinan increíble con pasta y una salsa de tomate fresca.
Diseñé este plato porque quería invitar a cenar a personas con diferentes alergias, buscaba algo sabroso para ellos y desde esa vez no puede faltar en mi menú veraniego.
Ingredientes
- Bebida vegetal de almendras sin azúcar: le da una cremosidad ligera, revisa que no tenga un sabor intenso
- Almidón de maíz: ayuda a que la capa quede mega crocante, une la bebida vegetal con el resto
- Harina sin gluten: buenísima para quienes evitan el trigo. Prefiero una mezcla sencilla de calidad y que apenas tenga aditivos
- Pan rallado panko sin gluten: aporta ese toque aireado y súper crujiente. Consejo: tuéstalo si no huele a nada
- Polenta o sémola de maíz: para ese color amarillo lindo y textura crocante, usa una polenta gruesa
- Queso parmesano vegano: potencia el sabor y da ese toque umami. Mejor si lo rayas tú y así no se hacen bolas
- Orégano seco: el toque más clásico de la cocina italiana, si huele fuerte es de buena calidad
- Berenjena: escoge una larga y fina, así las rodajas te salen parejas y se cocinan mejor
- Aceite suave: girasol o canola funcionan súper bien, porque no afectan el sabor y aguantan el calor
- Salsa de tomate ya hecha: tipo marinara con un buen punto de fruta. Elije ecológica si puedes para más sabor
- Pasta cocida a tu gusto: puedes usar pasta clásica o sin gluten. Cuídala para que quede al dente, no demasiado blanda
- Salsa Alfredo de cashew (opcional): para acompañar estilo dip cremoso. Se prepara antes y aguanta dos días en el refri
Pasos sencillos
- Prepara el horno y bandeja:
- Pon el horno caliente a 200 grados con calor arriba y abajo, y coloca papel para que no se pegue ni se rompa la capa crujiente
- Organiza el empanizado:
- Vas a necesitar tres cuencos. El primero lleva bebida vegetal y fécula, en el segundo mezcla harina sin gluten, más almidón y un poco de sal. En el tercero mezcla bien panko, polenta, parmesano vegano, orégano y otro poco de sal
- Ten la pasta y salsas listas:
- Si quieres acompañamiento, hierve la pasta y escúrrela. Tápala para que no se reseque y pon las salsas a calentar
- Empaniza las berenjenas:
- Corta la berenjena a lo largo haciendo láminas finas. Empieza pasando cada una por la mezcla de harina, luego por bebida con fécula y finalmente cúbrela bien con la mezcla de pan. Deja sobre un plato para que no pierda la cobertura
- Dora las berenjenas en sartén:
- Pon una sartén grande a fuego medio y añade aceite. Cuando esté caliente, mete cuatro o cinco rodajas y dóralas por dos o tres minutos por cada lado hasta que estén bien doradas. Vigila la temperatura para que no se quemen
- Al horno para terminar:
- Pon las berenjenas doraditas sobre la bandeja, llévalas al horno y hornéalas de diez a quince minutos. Dale la vuelta a mitad de tiempo y así quedan crujientes por todos lados
- Sirve con pasta y salsa:
- Disfruta las berenjenas crujientes solas o con tus salsas favoritas tipo marinara o Alfredo de cashew. Si las sirves con pasta fresca recién hecha quedan buenísimas

Lo que tienes que saber
Vegano y libre de gluten, es ideal para muchos estilos de alimentación
Tiene mucha fibra, así que te llena bastante
La doble cobertura es lo que consigue el punto más crujiente
Recién salido del horno tiene la mejor textura
Para mí, lo mejor es el toque sutil a nuez que da el parmesano vegano, cuando sale del horno se derrite como una capita de queso. Cada vez que tengo visita en casa acabo haciendo más y más bandejas, y siempre me acuerdo de el último verano en el balcón con mi familia.
Cómo guardarlo
Si te sobran, espera a que las berenjenas se enfríen y mételas en un recipiente cerrado en la nevera, aguantan bien dos días. Si quieres que vuelvan a estar crujientes, ponlas cinco minutos al horno antes de comerlas. Así la cobertura no se ablanda y quedan perfectas. Mejor no congelarlas, porque pierden la textura.

Cambios fáciles
Si no tienes parmesano vegano, intenta mezclar anacardos molidos con levadura nutricional para un toque a queso. Puedes usar bebida de avena en vez de almendras y polenta fina en vez de grano grueso, la cobertura quedará todavía más dorada.
Ideas para servir
Las láminas crujientes de berenjena quedan geniales como plato principal con pasta sin gluten y una salsa casera de tomate o incluso de pimientos. Van perfecto como snack encima de una ensalada fresca o con pan de semillas y un dip de hierbas. Si te gustan los toques frescos, añade al final unas hojas de albahaca o un chorrito de aceite picante.
Dónde nace todo esto
La versión original viene del sur de Italia y ahí siempre fue comida de domingo. Mi abuela hacía que las berenjenas quedaran bien crujientes usando harina y sémola, y ahora con la idea sin gluten ves cómo puedes transformar un clásico manteniendo el mismo sabor increíble.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Cómo consigo que las berenjenas queden bien crocantes?
La clave es una mezcla de panko, polenta y parmesano vegano. Así consigues esa capa doradita y un toque extra crujiente. Hay que disfrutarlas apenas salgan del horno.
- → ¿Puedo usar otras harinas?
Claro, quedan geniales con mezclas sin gluten, a base de harina de arroz o de garbanzo para empanar.
- → ¿Qué salsa combina mejor?
Salsa de tomate casera o marinara queda perfecto, y la Alfredo de anacardos también va genial de acompañamiento.
- → ¿Cómo evito que absorban demasiado aceite?
Pon sólo un poco de aceite y después deja las berenjenas sobre papel de cocina. Así salen crocantes al horno sin exceso de grasa.
- → ¿Las puedo dejar listas antes?
Mejor sírvelas recién hechas, porque calientes están súper crujientes. Si sobran, puedes recalentarlas un poco y quedan bien.