
Estas galletas de canela inundan mi casa con un aroma súper acogedor y siempre las preparo cuando quiero algo fácil y delicioso para compartir con mis amigos o darme un gusto en un día tranquilo. Tienen el toque crujiente ideal por fuera y quedan suaves y mantecosas por dentro. El toque final de azúcar con canela les da un sabor cálido que alegra cada mordisco. Cuando quiero algo casero sin complicaciones y rápido en media hora, siempre confío en estas galletas.
A mi familia le encantan apenas salen del horno y casi siempre hago doble cantidad porque se acaban al instante. En una tarde fría mis hijos me ayudaron a rebozarlas en azúcar y desde entonces estas galletas se han vuelto nuestra tradición cada vez que hace frío.
Súper Ingredientes
- Harina común: ayuda a que las galletas tengan cuerpo y sean fáciles de masticar. La versión sin blanquear les da un sabor más profundo
- Canela en polvo: aporta ese toque cálido y especiado. La canela recién abierta huele increíble
- Bicarbonato: hace que suban sin problemas y que sean esponjosas. Elige una marca que conozcas para que funcionen mejor
- Sal: realza el dulzor y destaca los sabores. Mejor si usas sal fina de mar
- Mantequilla sin sal: aporta una textura suave y sabor intenso. La mantequilla buena marca la diferencia
- Azúcar blanca: da ese crujiente típico y dulzura balanceada. Si puedes usa azúcar de caña para un toque más delicado
- Azúcar moreno: pone un poco de humedad y toques acaramelados. Busca azúcar moreno suave y fresca, se mezcla más fácil
- Huevos grandes: mantienen todo junto y las hacen más suaves. Usar huevos frescos mejora mucho la textura
- Extracto de vainilla: une todos los sabores. Intenta usar vainilla pura, evita la de imitación
- Para el baño de canela y azúcar: un poco más de azúcar blanca para el rebozado, junto con otra pizca de canela en polvo, hacen que todo sea aún más aromático
Fáciles Pasos
- Enfría las Galletas:
- Déjalas en la bandeja unos cinco minutos. Después pásalas con espátula a una rejilla para que no suden por abajo y estén listas para guardar.
- Hornea:
- Pon las bolitas de masa separadas unos cinco centímetros sobre papel en la bandeja. Hornéalas por diez a doce minutos. Los bordes tienen que verse hechos y el centro debe quedar suavecito, no seco.
- Dales Forma y Baño Dulce:
- Con una cuchara o saca bolas, haz montones del porte de una pelota de golf. Haz bolitas con tus manos y pásalas por la mezcla de canela y azúcar hasta cubrir bien.
- Mezcla para Bañar:
- En un recipiente pequeño une la canela en polvo y el azúcar blanca. Revuelve bien hasta que se vea de un solo color.
- Une las Mezclas:
- Pon la mezcla de harina a la de mantequilla por partes, mezclando suave hasta que no veas harina seca. No batir de más para que no queden duras.
- Bate los Ingredientes Húmedos:
- En un bol grande, bate la mantequilla suave con los dos tipos de azúcar hasta que se vea clarita y aireada, más o menos dos o tres minutos. Raspa los bordes, pon un huevo, bate, luego el otro, vuelve a batir y termina con la vainilla.
- Junta los Secos:
- En otro bol, une la harina, la canela, el bicarbonato y la sal. Mezcla bien para que la canela se reparta igual y no queden grumos. Así las galletas salen ricas por todos lados.

Siempre me sorprende cómo la canela llena el aire de recuerdos bonitos. Cuando hago estas galletas con mi peque, nos gusta probar un poco de la masa cruda con mantequilla y azúcar antes de hornear y nos transporta directo a nuestro momento feliz.
Cómo Guardarlas
Deja que se enfríen por completo antes de guardarlas así no se ponen blandas. Consérvalas en caja cerrada a temperatura ambiente hasta cinco días. Si quieres tener por más tiempo, mete las galletas frías y separadas con papel en una bolsa con cierre al congelador. Déjalas fuera del congelador para que vuelvan a estar blanditas antes de comerlas.
Cambios de Ingredientes
Puedes reemplazar la mitad de la harina por harina integral si quieres algo más rústico y con sabor a nuez. Si no tienes azúcar moreno, ponle una cucharada extra de miel junto al azúcar blanca para lograr esa textura suave. La mantequilla vegana puede servir en apuro, pero cambia un poco el sabor. Para darles más aroma agrega un poco de nuez moscada o cardamomo a la masa.
Cómo Servirlas
Apila las galletas de canela en una fuente acompañadas de té o café para una merienda ideal. También quedan buenísimas si les pones helado en el centro cuando ya están frías, así haces un sándwich dulce. En fiestas o navidad, me encanta agregarlas en cajas de galletas para regalar a los vecinos.

Historia y Tradición
Estas galletas de canela vienen tanto de la pastelería estadounidense como europea. Allí siempre han valorado el aroma cálido de las especias, ya sea en celebraciones o en bocadillos diarios. Hoy en día no faltan en intercambios de galletas o ventas dulces y nunca dejan de traer nostalgia y felicidad a todos en la mesa.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Cómo hago para que las galletas no se endurezcan?
Sácalas del horno cuando el centro esté un poquito blandito, así terminan de hacerse fuera y quedan suaves. Déjalas enfriar en una rejilla.
- → ¿Puedo usar margarina en vez de mantequilla?
Se puede, pero la mantequilla sin sal da más sabor y mejor textura. Con margarina cambian un poco el sabor y la suavidad.
- → ¿Por qué quedan los bordes tan crujientes?
Pon el horno a la temperatura correcta y deja suficiente espacio entre las bolitas al hornear. Así los bordes se doran y el centro queda blando.
- → ¿Es necesario enfriar la masa antes de hornear?
No hace falta, pero si la enfrías, se expanden menos y queda más sabor. Quedan más gorditas.
- → ¿Se pueden congelar la masa o las galletas?
Claro, congela las bolitas crudas y hornea directo agregando un minuto. Las galletas hechas también aguantan dos meses en el congelador.
- → ¿Hace falta papel para hornear?
Usar papel ayuda a que no se peguen y luego limpiar es fácil. Pero si no tienes, enmanteca un poco la bandeja y listo.