
Estas galletas de almendra y cereza combinan maravillosamente la mantequilla de masa quebrada, almendras crujientes y cerezas marrasquino dulces. Creé esta receta buscando un bocado especial que destacara en las bandejas navideñas, y ese centro rojo vibrante asomando por una masa delicada con sabor a almendra se volvió rápidamente el favorito de casa.
Preparé estas galletas por primera vez para la recepción del recital de ballet de mi hija. Con su glaseado rosado y la sorpresa de cereza dentro, fueron las primeras en desaparecer de la mesa de postres, y ahora me las piden para cada ocasión especial.
Ingredientes
- Almendras laminadas: Molidas finamente dan ese sabor a nuez distintivo que hace estas galletas únicas. Busca almendras frescas sin olor a rancio.
- Mantequilla: Ablandada pero no derretida logra la textura perfecta. Usa sin sal para controlar mejor el sabor final.
- Azúcar glas: En vez de granulada da a estas galletas su calidad de derretirse en la boca.
- Extracto de vainilla: Añade calidez y profundidad. Usa vainilla pura para el mejor sabor.
- Harina común: Forma la estructura. Mídela bien para evitar galletas secas.
- Sal: Realza todos los sabores. Aunque es poca cantidad, resulta fundamental.
- Cerezas marrasquino: Dan color y sabor. Sécalas antes de usar para que no manchen la masa.
- Azúcar decorativa roja: Da brillo y aspecto festivo. Opcional pero recomendada para mejorar la presentación.
- Jugo de cereza: Del frasco aporta color y sabor natural al glaseado.
- Extracto de almendra: Intensifica el perfil de sabor a nuez. Con poco basta.
- Leche: Diluye el glaseado a la consistencia adecuada para sumergir.
Instrucciones paso a paso
- Prepara el horno:
- Calienta tu horno a 375°F exactamente. Esta temperatura específica asegura que las galletas se horneen uniformemente sin extenderse demasiado ni secarse. Mientras esperas, reúne tus ingredientes y forra las bandejas con papel pergamino.
- Crea la mezcla base:
- En un bol grande, bate la mantequilla blanda con el azúcar glas y la vainilla hasta que quede suave y esponjosa. Normalmente toma unos 3 minutos con batidora eléctrica. La mezcla debe verse pálida y algo aumentada de volumen. Un buen batido incorpora aire que da a las galletas su textura tierna.
- Incorpora los ingredientes secos:
- Mezcla la harina, sal y almendras molidas en otro bol, removiendo para distribuir todo uniformemente. Añade esta mezcla seca a la de mantequilla gradualmente, un tercio cada vez, mezclando solo hasta incorporar. Mezclar demasiado puede desarrollar gluten y hacer galletas duras.
- Forma las galletas sorpresa:
- Toma una cucharada de masa y haz una pequeña hendidura con el pulgar. Coloca media cereza marrasquino en este hueco y luego dobla la masa con cuidado para cubrir completamente la cereza. Rueda suavemente entre tus manos para formar una bola uniforme y colócala en la bandeja forrada. Presiona ligeramente para aplanarla, dándole su forma clásica.
- Hornea a la perfección:
- Hornea en el horno precalentado por 8 a 9 minutos justos, vigilando atentamente hacia el final. Las galletas están listas cuando los bordes apenas comienzan a dorarse. Pueden parecer algo crudas en el centro pero seguirán cocinándose en la bandeja caliente. Déjalas enfriar en la bandeja 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla.
- Crea el glaseado brillante:
- En un bol pequeño mezcla azúcar glas, jugo de cereza y extracto de almendra. Añade leche de a cucharada hasta lograr una consistencia suave que cubra el dorso de una cuchara pero escurra lentamente. Este glaseado debe ser suficientemente espeso para adherirse a las galletas pero bastante fluido para crear un acabado liso.
- Aplica los toques finales:
- Cuando las galletas estén completamente frías, sumerge sus partes superiores en el glaseado dejando escurrir el exceso. Colócalas con el glaseado hacia arriba en una rejilla y espolvorea inmediatamente con azúcar decorativa roja antes de que el glaseado se seque. El azúcar se adherirá al glaseado húmedo creando un hermoso acabado brillante.

Las almendras molidas son lo que realmente hace especiales estas galletas en mi familia. Mi abuela siempre decía que tomarse el tiempo para moler las almendras frescas en lugar de usar harina ya molida marca toda la diferencia en el sabor. Recuerdo pararme en un banquito en su cocina mirando cómo pulsaba cuidadosamente las almendras en su procesador hasta alcanzar la consistencia perfecta.
Opciones para preparar con anticipación
Estas galletas en realidad mejoran con el tiempo mientras los sabores se mezclan. Puedes hacer la masa hasta con tres días de anticipación y guardarla bien envuelta en el refrigerador. Solo déjala llegar a temperatura ambiente antes de formar las galletas. También puedes hornearlas sin glasear y guardarlas en un recipiente hermético separando las capas con papel. Añade el glaseado dentro de las 24 horas antes de servir para una presentación más fresca.
Sugerencias de maridaje perfecto
Estos dulces combinan maravillosamente con té de tarde, especialmente Earl Grey o mezclas herbales afrutadas. El ligero amargor del té equilibra la dulzura de las galletas. Para un postre elegante, sírvelas junto a helado de vainilla con algunas cerezas frescas cuando estén en temporada. Durante las fiestas, complementan bien una copa de licor de almendras o café con amaretto para adultos.
Conexión histórica
Las galletas de cereza y almendra tienen raíces en tradiciones europeas de repostería, particularmente en regiones donde las almendras crecen abundantemente como Italia y España. La combinación de cerezas y almendras aparece en muchos postres tradicionales porque estos sabores se complementan naturalmente. El color rojo brillante de estas galletas las hace especialmente populares durante Navidad y San Valentín, donde su apariencia festiva suma a las mesas de celebración.
Consejos para solucionar problemas
Si tu masa parece muy desmigajada, añade una cucharadita de leche y trabájala suavemente. Al contrario, si parece muy blanda, enfríala por 30 minutos antes de darle forma. Para el glaseado, la consistencia es clave. Demasiado espeso y no se extenderá con suavidad. Demasiado líquido y se escurrirá completamente de las galletas. Añade líquido o azúcar glas en pequeñas cantidades para ajustar según necesites.

Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar cerezas frescas en vez de cerezas maraschino?
No te recomiendo usar cerezas frescas para esta receta porque tienen mucha más humedad que las maraschino y podrían cambiar la textura de las galletas al hornearse. Las cerezas maraschino dan el nivel perfecto de dulzura y humedad para estas galletas.
- → ¿Cuánto tiempo se mantienen frescas estas galletas?
Estas galletas se mantienen frescas hasta tres días cuando las guardas en un recipiente hermético a temperatura ambiente. Asegúrate de que estén completamente frías antes de guardarlas para evitar que la condensación las ablande.
- → ¿Por qué mi masa está muy seca y se desmenuza?
La masa seca y desmenuzable normalmente viene de usar demasiada harina. Para mejores resultados, mide la harina poniendo cucharadas suavemente en la taza medidora y nivela con un cuchillo en vez de meter la taza directamente en el contenedor, lo que puede compactar la harina.
- → ¿Puedo congelar estas galletas de almendra y cereza?
Claro que sí, estas galletas se congelan muy bien. Pon las galletas ya frías pero sin glasear en un recipiente hermético con papel para hornear entre las capas. Congélalas hasta por 2 meses. Descongélalas a temperatura ambiente y añade el glaseado y el azúcar decorativo antes de servir.
- → ¿Puedo sustituir el extracto de vainilla por extracto de almendra?
Sí, puedes cambiar el extracto de vainilla por extracto de almendra en la masa para lograr un sabor a almendra más intenso. Pero como el extracto de almendra tiene un sabor más fuerte, te sugiero usar solo 1/2 cucharadita en lugar de la cucharadita completa que pide la receta.
- → ¿Cómo sé cuándo las galletas están bien horneadas?
Las galletas están listas cuando los bordes apenas empiezan a dorarse, normalmente después de 8-9 minutos a 190°C. Ten cuidado de no hornearlas demasiado ya que seguirán endureciéndose mientras se enfrían en la bandeja.