
Esta pasta cremosa de pollo al limón se ha convertido en mi cena favorita cuando busco algo reconfortante pero fresco y vibrante. La mezcla de salsa cremosa con limón ácido y pollo tierno crea un plato digno de restaurante que sorprendentemente es muy fácil de preparar en casa.
Preparé esta receta por primera vez cuando necesitaba impresionar a mis suegros sin pasar horas en la cocina. Les gustó tanto que ahora me la piden en casi todas las reuniones familiares.
Ingredientes
- Pechugas de pollo: aportan proteína magra y quedan increíblemente tiernas en esta receta. Busca piezas de tamaño similar para una cocción uniforme
- Sal y pimienta: condimentos básicos que realzan los sabores naturales del pollo
- Queso parmesano: añade un sabor umami y ayuda a espesar la salsa. Mejor rallado fresco para que se derrita bien
- Perejil fresco: da color y frescura al plato. Escoge manojos vibrantes sin partes marchitas
- Pasta de moño: forma ideal para retener la salsa cremosa en sus pliegues
- Condimento italiano: mezcla práctica de hierbas que añade complejidad sin necesitar varios frascos
- Ralladura y jugo de limón: ingredientes estrella que contrarrestan la riqueza con acidez refrescante
- Caldo de pollo: crea profundidad de sabor en la salsa. Casero es mejor, pero el comprado bajo en sodio también funciona
- Crema espesa: da una textura lujosa y cuerpo a la salsa
- Dientes de ajo: aporta profundidad aromática al plato. Los dientes frescos tienen mucho más sabor que los picados comerciales
- Aceite de oliva: ayuda a lograr ese dorado hermoso al sellar el pollo
Instrucciones paso a paso
- Prepara la pasta:
- Llena una olla grande con agua, añade bastante sal y deja que hierva. Cocina la pasta de moño según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente. Antes de escurrir, guarda media taza del agua de cocción. Esta agua contiene almidones que ayudarán a que la salsa se adhiera mejor a la pasta si hace falta. Escurre la pasta y reserva.
- Cocina el pollo:
- Seca completamente las pechugas con papel de cocina para asegurar un dorado perfecto. Sazona ambos lados generosamente con sal y pimienta. Calienta aceite en una sartén grande a fuego medio-alto hasta que brille. Añade las pechugas y cocina 4-5 minutos por lado hasta que estén doradas y la temperatura interna llegue a 74°C. El color debe ser dorado intenso, no pálido. Transfiere a un plato cubierto con papel aluminio para mantener el calor y que los jugos se redistribuyan.
- Crea la base de la salsa:
- En la misma sartén con todos esos sabrosos trocitos dorados del pollo, derrite mantequilla a fuego medio. Añade el ajo picado y cocina unos 30 segundos hasta que esté fragante pero no dorado, ya que el ajo quemado se vuelve amargo. Vierte el caldo de pollo, usando una cuchara de madera para raspar todos los trocitos del fondo. Estos trocitos contienen sabor concentrado que mejorará enormemente tu salsa.
- Termina la salsa:
- Baja el fuego y añade la crema, el jugo de limón, la ralladura y el condimento italiano. Deja que esta mezcla hierva suavemente 2-3 minutos para que los sabores se mezclen. La salsa debe cubrir el dorso de una cuchara pero sin estar demasiado espesa. Añade gradualmente el queso parmesano rallado mientras remueves continuamente para evitar grumos. El queso se derretirá en la salsa, creando una textura aterciopelada.
- Combina y sirve:
- Añade la pasta cocida directamente a la salsa, mezclando suavemente para asegurar que cada trozo quede cubierto con la cremosa salsa de limón. Si la salsa parece demasiado espesa, añade un chorrito del agua de pasta reservada hasta conseguir la consistencia deseada. Corta el pollo reposado en tiras y colócalas sobre la pasta. Espolvorea con perejil fresco justo antes de servir para dar color y frescura.

La ralladura de limón es realmente el ingrediente secreto en esta receta. Una vez la preparé sin ralladura cuando solo tenía jugo de limón embotellado, y al plato le faltaba esa cualidad aromática y brillante que lo hace especial. Mi hija incluso preguntó qué faltaba. Ahora siempre tengo limones a mano específicamente para este plato.
Preparación anticipada y conservación
Este plato puede prepararse con hasta dos días de antelación y guardarse en un recipiente hermético en la nevera. Al recalentar, añade un chorrito de caldo o crema para revitalizar la salsa, ya que tiende a espesarse cuando está fría. Para mejores resultados, recalienta suavemente en la estufa en lugar del microondas para evitar que la salsa se separe. La pasta absorberá parte de la salsa durante la noche, haciendo que los sabores sean aún más concentrados al día siguiente.
Sustituciones de ingredientes
Si buscas una versión más ligera, sustituye la mitad de la crema por nata líquida o leche entera. La salsa será menos rica pero igual de deliciosa. Los muslos de pollo deshuesados funcionan de maravilla en lugar de las pechugas para un resultado más sabroso y jugoso. Requieren aproximadamente el mismo tiempo de cocción pero son más tolerantes si se cocinan un poco de más. Cualquier pasta corta puede reemplazar a la de moño. Macarrones, espirales o conchas retienen bien la salsa en sus recovecos.

Sugerencias para servir
Esta pasta cremosa de pollo al limón combina de maravilla con una ensalada simple aliñada con aceite de oliva y vinagre balsámico para contrarrestar la riqueza. Para una comida completa, añade espárragos asados o broccolini como guarnición. Las verduras verdes complementan la pasta cremosa perfectamente. Si sirves en una ocasión especial, considera empezar con un aperitivo ligero como bruschetta y terminar con un postre a base de frutas para equilibrar el plato principal tan rico.
La historia detrás del plato
Esta receta representa una versión moderna americana de la cocina ítalo-americana. Aunque no es auténticamente italiana, se inspira en platos como el pollo al piccata con su salsa de limón y mantequilla. La adición de crema crea una salsa más rica similar a las preparaciones alfredo. Este estilo de cocina se hizo popular en las cocinas americanas durante los años 80 y 90 cuando la cocina ítalo-americana casual ganó popularidad. Lo que hace especial esta versión es el equilibrio entre la cremosidad rica y las notas brillantes de limón.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar muslos de pollo en vez de pechugas?
Claro, los muslos sin hueso funcionan genial en este plato. Necesitan un poco más de tiempo (unos 6-7 minutos por lado) y dan más jugosidad y sabor. Asegúrate que alcancen temperatura interna de 74°C antes de cortarlos.
- → ¿Qué puedo usar en lugar de crema espesa?
Para algo más ligero, prueba media crema o leche entera mezclada con 1 cucharada de maicena. Para opciones sin lácteos, leche de coco o crema de anacardos pueden funcionar, aunque el sabor cambiará un poco. No las hiervas para evitar que se corten.
- → ¿Qué formas de pasta van mejor con esta salsa?
Aunque se recomienda pasta farfalle, otras formas medianas como penne, fusilli o orecchiette van muy bien. Estas formas tienen surcos o curvas que atrapan la salsa cremosa. Pastas largas como fettuccine o linguine también son alternativas ricas.
- → ¿Cómo guardo y recaliento las sobras?
Guarda las sobras en un recipiente hermético en la nevera hasta 3 días. Al recalentar, añade un chorrito de leche o caldo para revivir la salsa, ya que espesará al enfriarse. Calienta suavemente a fuego medio-bajo o en microondas en intervalos cortos, removiendo de vez en cuando.
- → ¿Puedo preparar este plato con anticipación?
Puedes preparar componentes antes: cocina el pollo y guárdalo aparte, y haz la salsa con un día de antelación. Cuando vayas a servir, recalienta la salsa, cocina pasta fresca y corta el pollo. También puedes montar todo menos el perejil, refrigerar y recalentar con un poco de caldo cuando quieras servir.
- → ¿Cómo puedo añadir más verduras a este plato?
Espinacas, espárragos, guisantes o tomatitos asados complementan este plato genial. Para opciones más contundentes, prueba champiñones salteados, calabacín o pimientos. Añade hojas verdes como espinacas al final, y verduras más firmes durante la preparación de la salsa para asegurar su cocción adecuada.