
Esta pasta cremosa con pollo y mozzarella se ha convertido en mi cena favorita cuando necesito impresionar sin estrés. La mezcla del pollo tierno, mozzarella derretida y pasta perfectamente cocinada crea un plato de calidad restaurante en tu propia cocina.
Inventé este plato cuando llegaron visitas inesperadas durante una tormenta. Con opciones limitadas en la despensa, esta pasta surgió como por arte de magia, y ahora me la piden en cada reunión familiar.
Ingredientes
- Pechugas de pollo sin piel ni hueso: aportan la base proteica y quedan jugosas cuando se cocinan bien
- Nata para cocinar: da una base lujosa a la salsa sin necesidad de complicadas preparaciones
- Queso mozzarella: se derrite en hilos sedosos que se adhieren a cada trozo de pasta
- Pasta penne: funciona genial porque su forma tubular atrapa bolsitas de salsa cremosa
- Ajo fresco: añade profundidad aromática que las versiones secas no logran
- Hojuelas de chile: dan un toque picante sutil que equilibra la riqueza del queso y la nata
- Perejil fresco: ilumina el plato terminado con color y una nota herbal fresca
Instrucciones paso a paso
- Prepara y cocina el pollo:
- Sazona ambos lados de las pechugas con sal, pimienta y albahaca seca. Calienta aceite en una sartén grande a fuego medio hasta que brille pero no humee. Pon el pollo en la sartén caliente y cocina sin mover durante 5-6 minutos hasta que esté dorado, luego voltea y cocina otros 5-6 minutos hasta que la temperatura interna llegue a 74°C. Pásalo a una tabla y déjalo reposar para máxima jugosidad.
- Crea la base de sabor:
- Añade ajo picado a la misma sartén con todos esos jugos del pollo. Cocina por un minuto exacto, removiendo constantemente para evitar que se queme. El ajo debe oler rico pero no dorarse, lo que lo volvería amargo. Esta base aromática da sabor a toda la salsa.
- Desarrolla la salsa:
- Vierte caldo de pollo en la sartén, usando una cuchara de madera para raspar todos los trocitos sabrosos del fondo. Deja que se reduzca un poco, luego añade la nata. Permite que esta mezcla hierva suavemente por 2-3 minutos, observando cómo empieza a espesar. Esta paciencia vale la pena en el desarrollo de la salsa.
- Cocina la pasta:
- Mientras la salsa se cocina, hierve los penne en agua bien salada hasta que estén al dente. Recuerda reservar algo de agua de cocción antes de escurrir. Esta agua con almidón es oro líquido para ajustar la consistencia después.
- Combina los componentes:
- Baja el fuego y añade ambos quesos, removiendo suavemente hasta que se derritan por completo. Agrega la pasta directamente a la salsa, mezclando para cubrir cada pieza. Si hace falta, añade el agua reservada cucharada a cucharada hasta lograr la cremosidad ideal. Corta el pollo reposado en tiras finas y añádelo a la mezcla de pasta junto con los condimentos finales.
- Termina y sirve:
- Retira del fuego y deja reposar 1-2 minutos, permitiendo que los sabores se mezclen. Espolvorea con perejil fresco justo antes de servir para un toque de color y sabor.

La mozzarella es realmente la estrella de este plato. Descubrí que dejar que el queso alcance temperatura ambiente antes de añadirlo a la salsa crea una textura increíblemente suave. Mi marido una vez declaró que estaba mejor que la versión de nuestro restaurante italiano favorito, quizás el mayor cumplido culinario que he recibido jamás.
Preparación anticipada y conservación
Esta pasta con pollo y mozzarella se mantiene perfectamente en la nevera hasta tres días. Guárdala en un recipiente hermético y recaliéntala suavemente a fuego lento con un chorrito de leche o nata para revivir la salsa. Los sabores en realidad se desarrollan más durante la noche, haciendo que posiblemente esté aún más deliciosa como sobra. Si congelas porciones, cocina la pasta ligeramente menos, ya que se ablandará más al recalentarla.
Opciones de personalización
Esta receta acepta adaptaciones creativas según lo que tengas disponible. Los tomates secos añaden un dulzor ácido maravilloso, mientras que los champiñones salteados aportan profundidad terrosa. Para una versión más ligera, sustituye la nata por leche semidesnatada y añade más caldo de pollo. Se puede añadir espinacas o kale en los últimos minutos para más nutrición y color. No dudes en cambiar los penne por cualquier pasta corta como farfalle o rotini.
Combinaciones perfectas
Sirve esta pasta cremosa con una ensalada de rúcula aliñada simplemente con zumo de limón y aceite de oliva para equilibrar la cremosidad. Una copa de vino blanco de cuerpo medio como Pinot Grigio o Chardonnay complementa los sabores perfectamente. Para una comida completa, añade pan de ajo para mojar en la salsa. Este plato brilla como protagonista tanto en cenas informales con amigos como en comidas familiares entre semana.

Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar diferentes formas de pasta para este plato?
¡Claro que sí! Aunque el penne funciona maravillosamente porque su forma tubular retiene la salsa cremosa, puedes sustituirlo por farfalle, fusilli o rigatoni para resultados similares. Pastas más largas como fettuccine o linguine también van bien pero crearán una experiencia diferente al comer.
- → ¿Cómo puedo hacer este plato más ligero?
Para crear una versión más ligera, reemplaza la crema espesa por media crema o leche entera, aunque la salsa no quedará tan rica. También puedes reducir la cantidad de queso a la mitad y agregar más verduras como espinacas, pimientos o calabacín para aumentar los nutrientes mientras mantienes el volumen.
- → ¿Puedo preparar componentes de este plato con anticipación?
¡Sí! Cocina y rebana el pollo hasta con un día de anticipación y guárdalo en el refrigerador. También puedes precocinar la pasta (ligeramente al dente), mezclarla con un poco de aceite de oliva y refrigerarla. Cuando estés listo para servir, prepara la salsa y combínala con los componentes ya listos, calentando hasta que todo esté caliente y bien mezclado.
- → ¿Qué guarniciones combinan bien con la Pasta de Pollo y Mozzarella?
Esta pasta tan rica combina de maravilla con acompañamientos ligeros como una ensalada verde crujiente con vinagreta, espárragos asados, judías verdes salteadas o pan de ajo. Para una comida completa de inspiración italiana, sirve con bruschetta o una ensalada Caprese como entrante.
- → ¿Puedo congelar las sobras de este plato?
Aunque puedes congelar las sobras hasta por 2 meses en un recipiente hermético, las pastas con base de crema pueden separarse un poco al descongelarse y recalentarse. Para mejores resultados al recalentar, descongela en el refrigerador durante la noche, luego calienta suavemente en la estufa con un chorrito de leche o crema para renovar la salsa.
- → ¿Cómo puedo añadir más verduras a este plato?
Este plato se adapta muy bien a las verduras. Prueba añadiendo champiñones salteados, tomates cherry, espinacas, calabacín o pimientos rojos asados. Agrega verduras más firmes como champiñones cuando estés cocinando el ajo, y verduras más delicadas como espinacas justo antes de combinar con la pasta.