
Este delicioso pan de ajo con pollo Alfredo combina dos platos reconfortantes en una comida espectacular perfecta para cenas familiares o reuniones informales. El crujiente pan de ajo sirve como base ideal para la cremosa salsa Alfredo y el jugoso pollo sazonado, todo cubierto con queso mozzarella derretido para una experiencia única de sabores.
Inventé esta receta cuando mi familia quería pan de ajo y noche de pasta pero yo buscaba algo más interesante que servirlos por separado. Ahora es nuestra tradición de los viernes y hasta mi comensal más exigente pide repetir siempre.
Ingredientes
- Barra de pan francés: Ofrece una base resistente para todos los ingredientes mientras mantiene su exterior crujiente e interior suave
- Ajo fresco picado: Da un sabor auténtico tanto a la mantequilla como a la salsa que los sustitutos secos no pueden igualar
- Nata para cocinar: Crea esa textura lujosa de la salsa Alfredo que hace este plato verdaderamente especial
- Caldo de pollo en polvo: Añade profundidad a la salsa sin tener que preparar caldo casero
- Queso parmesano recién rallado: Se derrite mejor que las variedades pre-ralladas y aporta ese sabor característico para un Alfredo auténtico
Instrucciones paso a paso
- Prepara la mantequilla de ajo:
- Mezcla la mantequilla blanda con el ajo picado y perejil hasta que quede bien incorporado. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente para untarla fácilmente. Tómate tu tiempo para picar el ajo muy fino y evitar trozos grandes que puedan quemarse al hornear.
- Sazona y cocina el pollo:
- Cubre las pechugas con la mezcla de aceite y especias, asegurándote que todas las partes queden impregnadas. Cocina en una sartén caliente hasta formar una costra dorada y alcanzar 63-65°C de temperatura interna. El pollo seguirá cocinándose ligeramente mientras reposa. Déjalo reposar 5 minutos antes de cortarlo para mantener los jugos.
- Prepara la salsa Alfredo:
- Usa la misma sartén donde cocinaste el pollo para aprovechar todos esos sabores. Empieza salteando el ajo hasta que suelte su aroma pero sin dorarse, unos 30 segundos. Añade la nata poco a poco mientras remueves constantemente para evitar que se queme. Incorpora el queso parmesano gradualmente en pequeñas cantidades para que se derrita sin grumos. La salsa debe cubrir el dorso de una cuchara cuando esté en su punto.
- Tuesta la base de pan:
- Unta generosamente la mezcla de mantequilla de ajo en ambas mitades del pan hasta los bordes. Este primer tostado es crucial para crear una barrera que evite que el pan se ablande con la salsa.
- Monta y hornea:
- Coloca por capas la salsa Alfredo, el pollo y el queso de manera uniforme. Un chorrito final de salsa por encima ayuda a que el queso no se seque durante el horneado. Vigila atentamente durante la fase final para conseguir un queso dorado y burbujeante sin quemar los bordes del pan.

Mi parte favorita de esta receta es cuando el queso se dora y burbujea con pequeñas manchas doradas. Me recuerda a mi abuela italiana preparando sus platos especiales donde esa capa dorada siempre anunciaba que algo delicioso llegaba a la mesa.
Conservación y recalentado
Este pan de ajo con pollo Alfredo sabe mejor recién salido del horno cuando el pan está crujiente y el queso perfectamente derretido. Si sobra algo, guárdalo en un recipiente hermético en la nevera hasta 3 días. Para recalentar, evita el microondas que ablandará el pan. Mejor coloca las sobras en una bandeja de horno y caliéntalas a 160°C unos 10 minutos hasta que estén calientes y crujientes otra vez.
Hazlo a tu manera
La belleza de esta receta está en su versatilidad. Prueba a cambiar el pollo por gambas o usa pollo asado para una preparación más rápida. Los vegetarianos pueden sustituir el pollo por champiñones salteados y espinacas. Para una versión más ligera, usa mitad nata y mitad leche, aunque la salsa no quedará tan rica. Añadir pimientos asados o tomates secos aporta una nueva dimensión de sabor que combina de maravilla con la cremosa salsa.
Sugerencias para servir
Este plato es suficientemente consistente como para servirse solo, pero queda genial con una ensalada verde aliñada con vinagreta de limón para contrarrestar la riqueza. Para ocasiones especiales, córtalo en porciones más pequeñas como aperitivo o sírvelo junto a una bandeja de verduras crudas. Un Pinot Grigio italiano ligero o un Chardonnay sin madera son bebidas que acompañan perfectamente sin dominar los delicados sabores de la salsa Alfredo.

Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar salsa Alfredo comprada en vez de hacerla desde cero?
Claro, puedes usar 2-3 tazas de salsa Alfredo comercial para ahorrar tiempo. Aunque la salsa casera suele dar mejor sabor y consistencia. Si usas salsa preparada, quizás quieras mejorarla con un poco de ajo fresco y queso parmesano extra.
- → ¿Qué tipo de pan es mejor para este plato?
El pan francés o baguette funciona genial porque ofrece una base firme que aguanta los ingredientes mientras mantiene un exterior crujiente y un interior suave. El pan italiano o ciabatta también son buenas opciones.
- → ¿Puedo preparar este plato con anticipación?
Puedes preparar los componentes con antelación: haz la mantequilla de ajo, cocina el pollo y prepara la salsa Alfredo hasta con un día de anticipación. Guárdalos por separado en la nevera. Arma y hornea justo antes de servir para conseguir la mejor textura y sabor.
- → ¿Cómo guardo y recaliento las sobras?
Guarda las sobras en un recipiente hermético en la nevera hasta por 2 días. Recalienta en horno a 175°C durante 10-15 minutos hasta que esté bien caliente. Para mejores resultados, cúbrelo con papel aluminio para evitar que se dore demasiado, quitándolo los últimos minutos para que quede crujiente.
- → ¿Qué acompañamientos van bien con este plato?
Como este plato es bastante contundente, los acompañamientos ligeros funcionan mejor. Prueba una ensalada verde fresca con vinagreta, verduras al vapor como brócoli o espárragos, o una sopa sencilla de tomate. Para una comida más informal, champiñones asados con mantequilla de ajo también complementan bien los sabores.
- → ¿Puedo hacer este plato con otras proteínas en vez de pollo?
¡Por supuesto! Camarones, filetes en rodajas o incluso pavo sobrante quedan maravillosos. Para una versión vegetariana, prueba con champiñones asados, corazones de alcachofa o espinacas como alternativas proteicas. Solo ajusta los tiempos de cocción según las diferentes proteínas.