
Este pollo frito con miel y mantequilla de inspiración coreana combina un exterior super crujiente con un interior jugoso y tierno, todo bañado en una salsa dulce, salada y mantecosa que hará que tus papilas gustativas bailen de alegría.
Preparé esta receta por primera vez para una noche de cine familiar y desapareció más rápido que cualquier comida para llevar que hayamos pedido. Mis hijos adolescentes ahora me lo piden cada semana, afirmando que es incluso mejor que su restaurante coreano favorito del centro.
Ingredientes
Para el marinado del pollo
- 450 gramos de tiras de pollo: unas 8 a 10 piezas. Elige tiras frescas, nunca congeladas para obtener resultados más jugosos
- 1 cucharadita de sal kosher: para un sazonado completo
- ½ cucharadita de pimienta blanca: aporta un picante suave sin manchas oscuras
- ½ cucharadita de pimienta negra: da el sabor y apariencia tradicional
- ½ cucharadita de ajo en polvo: impregna la carne con notas sabrosas
- ½ cucharadita de cebolla en polvo: añade profundidad sin la textura de cebolla fresca
- ½ cucharadita de jengibre en polvo: aporta un toque sutil de calidez y notas asiáticas
- ¼ cucharadita de pimienta cayena: ajusta según tu tolerancia al picante
Para la harina sazonada
- 2 tazas de harina común: crea la base perfecta para el rebozado
- 1 cucharada de sal kosher: asegura un exterior bien sazonado
- 1 cucharada de pimienta blanca: proporciona picante sin cambiar el color del rebozado
- 1 cucharadita de pimienta negra: añade sabor clásico y atractivo visual
- 1 cucharadita de ajo en polvo: realza las notas sabrosas en la cobertura crujiente
- 1 cucharadita de cebolla en polvo: complementa el ajo para un sabor equilibrado
Para la masa húmeda
- ½ taza de harina común: crea la capa adhesiva
- 1 huevo grande: añade estructura y riqueza a la masa
- 1 taza de agua con gas helada: la carbonatación crea una textura excepcionalmente ligera y crujiente
Para la salsa de miel y mantequilla
- 4 cucharadas de mantequilla sin sal: forma la base rica de la salsa
- 2 cucharadas de miel: las variedades locales ofrecen el sabor más complejo
- 2 cucharadas de azúcar granulada: equilibra los elementos salados
- 2 cucharadas de salsa de soya: proporciona profundidad umami y salinidad
Elementos adicionales
- 1 taza de harina común: para el primer empanizado que ayuda a que se adhiera la masa húmeda
- Aceite neutro para freír: elige uno con alto punto de humo como el de cacahuete o canola
Instrucciones paso a paso
- Sazona el pollo:
- Mezcla las tiras de pollo con sal kosher, pimienta blanca, pimienta negra, ajo en polvo, cebolla en polvo, jengibre en polvo y cayena en un recipiente mediano. Usa tus manos para masajear las especias en toda la superficie del pollo, asegurando una distribución uniforme del sabor. Deja marinar el pollo en el refrigerador por al menos 30 minutos, aunque si lo dejas toda la noche obtendrás resultados más sabrosos.
- Prepara las estaciones de empanizado:
- Organiza tres estaciones en secuencia. Primero, un recipiente con 1 taza de harina simple. Segundo, crea tu masa húmeda mezclando bien ½ taza de harina, huevo y agua con gas helada hasta que quede completamente suave sin grumos. Tercero, mezcla tu harina sazonada combinando 2 tazas de harina con sal kosher, pimienta blanca, pimienta negra, ajo en polvo y cebolla en polvo en un recipiente grande.
- Crea el secreto de la textura:
- Añade una cucharada de agua con gas directamente a tu harina sazonada. Con las yemas de los dedos, frota suavemente el agua en la harina para crear pequeños grumos irregulares. Estos grumos son el truco profesional que crea esos irresistibles trozos crujientes en el pollo terminado que todos se pelean por comer.
- Reboza el pollo:
- Pasa cada tira de pollo por las tres estaciones. Primero cúbrela en harina simple y sacude el exceso. Luego sumérgela en la masa húmeda, dejando escurrir el exceso. Finalmente, presiónala firmemente en la harina sazonada, realmente empanando bien para crear un recubrimiento sustancial con mucha textura. Coloca cada pieza en una bandeja sin superponerlas.
- Reposa antes de freír:
- Deja reposar el pollo empanado sin tocar durante 10 minutos mientras calientas el aceite. Este período de reposo crucial ayuda a que el empanado se adhiera al pollo, evitando que se separe durante la fritura y asegurando máxima textura crujiente.
- Primera fritura:
- Calienta unos 5 cm de aceite neutro en una olla pesada a exactamente 175°C. Trabajando en pequeños lotes de 3 a 4 piezas, sumerge con cuidado las tiras en el aceite caliente, manteniendo la temperatura. Fríe durante 4 a 5 minutos, volteando ocasionalmente, hasta que el rebozado se vuelva dorado claro. Transfiere a una rejilla sobre una bandeja de hornear, no a papel absorbente que atrapa el vapor y crea humedad.
- Segunda fritura para máxima textura:
- Vuelve a calentar el aceite a 175°C y vuelve a freír cada tira durante 1 a 2 minutos adicionales hasta que estén doradas y ultra crujientes. La técnica de doble fritura es esencial para lograr esa textura característica del pollo frito coreano. Espolvorea inmediatamente con una ligera capa de sal mientras aún está caliente para maximizar el sabor.
- Crea la salsa de miel y mantequilla:
- En una cacerola a fuego medio, derrite la mantequilla por completo. Agrega miel, azúcar y salsa de soya, revolviendo constantemente para evitar que se queme. Continúa cocinando durante 1 a 2 minutos hasta que la salsa espese lo suficiente para cubrir el dorso de una cuchara con un acabado brillante.
- Aplica la salsa:
- Para máxima textura crujiente, pinta la salsa sobre el pollo con una brocha. Para una cobertura de sabor más completa, mezcla rápidamente el pollo en la salsa. Muévete con decisión aquí, ya que cuanto más tiempo esté el pollo en la salsa, más textura crujiente sacrificarás por la absorción del sabor.

La combinación de sabores de miel y mantequilla puede parecer únicamente occidental, pero este plato en realidad se inspira en el pollo coreano con miel y mantequilla, que se convirtió en una locura nacional en Corea del Sur alrededor de 2015. La primera vez que lo preparé, mi vecina coreana tocó a mi puerta preguntando qué era ese increíble aroma. ¡Terminó quedándose a cenar!
Opciones para preparar con anticipación
Aunque el pollo frito siempre es mejor recién hecho, puedes preparar componentes con anticipación para agilizar el proceso de cocción. Marina el pollo durante la noche para desarrollar el máximo sabor. Incluso puedes completar la primera fritura hasta 2 horas antes de servir, y hacer la segunda justo antes de comer. La salsa se puede preparar hasta 3 días antes y recalentar suavemente.
Combinaciones perfectas
Este pollo frito con miel y mantequilla combina maravillosamente con guarniciones refrescantes para equilibrar su riqueza. Prueba servirlo con una simple ensalada de pepino aliñada con vinagre de arroz, o vegetales encurtidos tradicionales coreanos como kimchi. Para una comida completa, ofrece arroz al vapor para absorber la deliciosa salsa, o envuelve trozos en hojas de lechuga con un poco de gochujang para una experiencia de fusión coreana.
Consejos para solucionar problemas
Si tu rebozado se cae durante la fritura, probablemente la temperatura del aceite es demasiado baja. Siempre verifica con un termómetro para mantener 175°C. Si tu pollo se dora demasiado rápido pero queda crudo por dentro, tu aceite está demasiado caliente. Para obtener resultados más crujientes, nunca sobrecargues la sartén al freír. Trabajar en pequeños lotes asegura la temperatura adecuada del aceite y una textura óptima.

Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Por qué esta receta usa la técnica de doble fritura?
La doble fritura es fundamental para conseguir ese exterior super crujiente que caracteriza al pollo frito coreano. La primera fritura cocina el pollo completamente, mientras que la segunda a la misma temperatura crea esa capa extra crujiente que se mantiene así incluso después de añadir la salsa.
- → ¿Puedo hacer este pollo más picante?
¡Claro que sí! Para más picante, agrega ¼ de cucharadita extra de pimienta cayena a la marinada, o incorpora 1 cucharada de gochujang (pasta de chile coreana) en la salsa de miel y mantequilla para un toque auténtico coreano.
- → ¿Por qué usar agua con gas en el rebozado?
El agua con gas helada crea pequeñas burbujas de aire en el rebozado que se expanden cuando tocan el aceite caliente, dando como resultado una cobertura más ligera y crujiente. Esta técnica ayuda a lograr esa textura crujiente tan distintiva que hace especial a este pollo.
- → ¿Cuál es el propósito de crear grumos en la harina sazonada?
Añadir una pequeña cantidad de líquido a la harina sazonada crea pequeños grumos que se adhieren al pollo durante el rebozado. Estos grumos son el secreto para desarrollar esos trozos extra crujientes e irregulares en el exterior que proporcionan una textura y crujido increíbles después de freír.
- → ¿Cómo mantengo el pollo crujiente después de añadir la salsa?
Para una máxima textura, puedes pincelar la salsa ligeramente sobre el pollo en vez de mezclarlo todo, o si lo mezclas, hazlo muy rápido justo antes de servir. La técnica de doble fritura ayuda a mantener la textura crujiente incluso después de añadir la salsa, pero servirlo de inmediato es clave para la mejor experiencia.
- → ¿Qué aceites funcionan mejor para freír este pollo?
Los aceites neutros con puntos de humo altos funcionan mejor, como el aceite vegetal, de canola o de cacahuete. Estos aceites pueden soportar la alta temperatura necesaria (175°C) sin aportar sabores no deseados al pollo, permitiendo que brillen la salsa de miel y mantequilla y la mezcla de especias.