
Este sensacional postre de primavera transforma los tallos ácidos del ruibarbo fresco en deliciosos bocados dulces ideales para celebrar la Pascua. El intenso sabor del ruibarbo se equilibra maravillosamente con azúcar moreno y ralladura de limón, creando magdalenas que saben como los primeros días cálidos de primavera en cada bocado.
Encontré esta receta cuando mi vecino me trajo brazadas de ruibarbo de su jardín una tarde de primavera. Después de probar varias tandas, estas magdalenas se convirtieron en nuestra tradición matutina de Pascua, con mis niños revisando ansiosamente el jardín cada primavera buscando los primeros tallos de ruibarbo.
Ingredientes
- 2 tazas de ruibarbo cortado en trocitos: el ingrediente protagonista que aporta una agradable acidez y un bonito tono rosado por toda la magdalena
- 1/2 taza de azúcar blanco: suaviza la acidez del ruibarbo extrayendo su humedad y endulzando la fruta
- 1/4 taza de azúcar moreno: añade profundidad y humedad con sus notas de melaza
- 2 tazas de harina común: da estructura; usa sin blanquear para mejor sabor
- 1/2 taza de mantequilla sin sal derretida: crea riqueza y una miga tierna
- 1/2 taza de leche: aporta humedad; la leche entera crea la textura más rica
- 2 huevos: unen los ingredientes y dan estructura; mejor a temperatura ambiente
- 1 cdta de extracto de vainilla: realza el dulzor; usa puro, no de imitación
- 1 cdta de polvo de hornear: proporciona elevación para magdalenas esponjosas
- 1/2 cdta de bicarbonato: reacciona con la acidez del ruibarbo para mayor esponjosidad
- 1/2 cdta de sal: equilibra el dulzor y realza los sabores
- Ralladura de 1 limón: ilumina el perfil de sabor con notas cítricas
Instrucciones paso a paso
- Prepara el ruibarbo:
- Mezcla el ruibarbo picado con azúcar blanco en un bol y déjalo reposar mientras preparas el resto de ingredientes. Este proceso, llamado maceración, extrae humedad del ruibarbo y empieza a ablandarlo mientras equilibra su acidez natural. El ruibarbo debe verse ligeramente brillante y soltar algo de líquido.
- Mezcla los ingredientes húmedos:
- En un bol grande, bate el azúcar moreno y la mantequilla derretida hasta que se combinen. La mezcla debe parecer arena mojada. Añade leche, huevos y extracto de vainilla, batiendo hasta que quede suave y bien incorporado. La mezcla estará bastante líquida en esta etapa.
- Combina los ingredientes secos:
- En otro bol, mezcla harina, polvo de hornear, bicarbonato, sal y ralladura de limón. Asegúrate de distribuir los agentes leudantes uniformemente por la harina para garantizar un levado parejo. La ralladura de limón debe ser fragante y visible en toda la mezcla seca.
- Crea la masa:
- Añade los ingredientes secos a la mezcla húmeda, removiendo suavemente con una espátula. Mezcla solo hasta que no queden partes secas, con cuidado de no mezclar demasiado, lo que desarrollaría mucho gluten y resultaría en magdalenas duras. La masa debe quedar espesa y ligeramente grumosa, justo lo que queremos.
- Incorpora el ruibarbo:
- Añade con cuidado el ruibarbo azucarado junto con sus jugos a la masa hasta que se distribuya. Deberías ver bonitas vetas rosadas por toda la masa. Algunos trozos deben permanecer visibles para crear contraste de textura en las magdalenas terminadas.
- Llena los moldes:
- Reparte la masa uniformemente entre doce moldes para magdalenas forrados, llenando cada uno hasta tres cuartos. Usa un cucharón de helado para porciones iguales. Las partes superiores deben estar ligeramente redondeadas pero sin rebosar.
- Hornea a la perfección:
- Hornea en el horno precalentado durante 20 a 25 minutos. Busca que las partes superiores estén doradas y que un palillo insertado en el centro salga limpio o con algunas migas húmedas. Las partes superiores deben recuperar su forma cuando se tocan ligeramente.
- Enfría y disfruta:
- Deja que las magdalenas reposen en el molde durante 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla. Este breve periodo de reposo ayuda a que las magdalenas se asienten correctamente. Enfría completamente antes de guardar, o sírvelas ligeramente tibias para la mejor experiencia de sabor.

El ruibarbo ocupa un lugar especial en mi corazón como una de las primeras cosechas de primavera del jardín. Mi abuela siempre decía que el ruibarbo era la forma que tenía la naturaleza de decirnos que despertáramos nuestras papilas gustativas después del invierno. La primera vez que serví estas magdalenas en un brunch de Pascua, mi tío, que decía odiar el ruibarbo, se comió tres sin darse cuenta de lo que contenían.
Selección del ruibarbo de temporada
El ruibarbo de primavera desde abril hasta junio suele ser más tierno y menos fibroso que las cosechas de finales de temporada. Busca tallos firmes y crujientes, con colores brillantes que van desde el rosa pálido hasta el rojo intenso. Aunque el color no afecta al sabor, las variedades más rojas crean motas rosas más bonitas por toda la magdalena. Evita tallos con manchas marrones o que se sientan blandos o gomosos. Recuerda que las hojas de ruibarbo son tóxicas y siempre deben quitarse antes de cocinar.
Preparación anticipada y almacenamiento
Estas magdalenas en realidad mejoran con un día de reposo mientras los sabores se mezclan. Guárdalas a temperatura ambiente en un recipiente hermético con una toalla de papel en el fondo para absorber cualquier humedad durante hasta 3 días. Para un almacenamiento más largo, congela las magdalenas completamente enfriadas en una sola capa sobre una bandeja de horno, luego transfiérelas a una bolsa de congelador una vez solidificadas. Descongela a temperatura ambiente o recalienta las magdalenas congeladas en un horno a 150°C durante unos 10 minutos hasta que estén calientes.

Combinaciones para brunch de Pascua
Convierte estas magdalenas en un brunch completo de Pascua sirviéndolas junto a una cazuela salada de huevo y ensalada de frutas frescas. Para un toque extra especial, crea un simple glaseado de limón mezclando 1 taza de azúcar glas con 2 cucharadas de jugo de limón y rocía sobre las magdalenas ligeramente enfriadas. También puedes servir con mantequilla de miel batida ligeramente endulzada con jarabe de arce para una crema indulgente que complementa perfectamente la acidez del ruibarbo.
Variaciones de ruibarbo
Aunque esta receta clásica muestra el sabor puro del ruibarbo, puedes introducir ingredientes complementarios para diferentes perfiles de sabor. Añade 1 taza de fresas junto con el ruibarbo para una combinación clásica, o incluye 1/2 taza de jengibre cristalizado picado para notas de especias cálidas. Para contraste de texturas, espolvorea las partes superiores con una mezcla de streusel de 2 cucharadas de azúcar moreno, harina y mantequilla fría cortada junta hasta que quede desmenuzable antes de hornear.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar ruibarbo congelado en vez de fresco?
Claro, el ruibarbo congelado funciona muy bien en estos muffins. Descongélalo completamente primero y escurre el exceso de líquido para que la masa no quede demasiado húmeda. Tal vez necesites añadir una cucharada extra de harina para compensar la humedad adicional.
- → ¿Cómo sé cuándo los muffins están perfectamente horneados?
Los muffins están listos cuando al tocar suavemente la parte superior vuelve a su forma y un palillo insertado en el centro sale limpio o con algunas migas húmedas. Deben estar dorados alrededor de los bordes. No los hornees de más porque pueden secarse.
- → ¿Qué puedo usar en lugar del ruibarbo si no es temporada?
Las fresas son una excelente alternativa que mantiene el tema primaveral. Las manzanas ácidas o los arándanos también pueden funcionar bien para replicar el equilibrio agridulce. Por cada taza de ruibarbo, usa la misma cantidad del sustituto que elijas.
- → ¿Puedo hacer estos muffins sin gluten?
Sí, estos muffins pueden adaptarse para ser sin gluten sustituyendo la harina común por una mezcla de harina sin gluten 1:1. Asegúrate que tu polvo de hornear y bicarbonato también estén certificados sin gluten.
- → ¿Qué coberturas complementan estos muffins?
Una simple cobertura crumble hecha con mantequilla, harina y azúcar añade una textura maravillosa. Como alternativa, un glaseado ligero de azúcar glas y jugo de limón realza el perfil de sabor primaveral. Para servir, una porción de mantequilla con miel o queso crema untado combina estupendamente.
- → ¿Cómo guardo estos muffins para que duren más tiempo frescos?
Para mayor frescura, enfría los muffins completamente y guárdalos en un contenedor hermético con una toalla de papel abajo y otra arriba para absorber la humedad. Se mantendrán a temperatura ambiente por 3 días. Para conservarlos más tiempo, envuélvelos individualmente en film plástico y congélalos hasta por 3 meses.