01 -
Coloca los rösti bien calientes en los platos. Si te apetece, agrégales un poco de queso extra por arriba o ponles un toque fresco de hierbas. ¡Listo para disfrutar!
02 -
Pon lo que queda del aceite de oliva en la misma sartén y caliéntalo. Haz bolitas con la mezcla y presionalas para formar tortitas. Deja que se tuesten unos 4 minutos por lado, hasta que estén dorados y crujientes.
03 -
En un bol amplio mete las patatas, los huevos batidos, el queso rallado, espinaca, y el sofrito de verduras. Echa sal y pimienta a tu gusto. Remuévelo todo muy bien.
04 -
Vierte una cucharada de aceite en tu sartén más grande y caliéntala a fuego medio. Agrega la cebolla y el pimiento en cubos. Cocínalos unos 5 minutos, que queden suaves y brillantes.
05 -
Enjuaga las patatas ralladas bajo agua fría del grifo para que pierdan la mayor parte del almidón. Después, ponlas sobre papel de cocina y sécalas bien apretando un poquito.