01 -
Mezcla los macarrones con la salsa de queso para cubrirlos bien. Sirve las pechugas de pollo horneadas bañadas con el resto del glaseado de miel con pimienta, y acompaña con buena porción de macarrones.
02 -
Mientras tienes el pollo en el horno, pon a hervir bastante agua con sal en una olla grande. Cuece los macarrones coditos hasta que estén al dente, unos 7-8 minutos, escúrrelos y resérvalos.
03 -
Coloca las pechugas en una fuente para horno. Baña el pollo con la mitad del glaseado de miel y pimienta. Llévalo al horno entre 25 y 30 minutos, hasta que llegue a 75 °C en la parte más gruesa.
04 -
En otra cacerola a fuego medio, funde las 2 cucharadas de mantequilla. Añade la harina y revuelve para obtener una pasta; deja un minuto. Suma la leche poco a poco, bate hasta que espese. Incorpora el queso cheddar rayado y mezcla hasta que quede todo derretido. Ponle sal si hace falta.
05 -
En una ollita chica a temperatura media, funde los 60 gramos de mantequilla. Agrega el ajo y deja que suelte aroma unos 30 segundos. Añade la miel y revuelve hasta que quede bien mezclado y caliente.
06 -
Enciende el horno a 200 °C. Seca las pechugas de pollo con papel de cocina y échales sal y pimienta por ambos lados.