01 -
Agrega albahaca recién picada y sirve las pechugas bien calientes al momento. Listo para comer.
02 -
Pon el resto del mozzarella sobre el pollo y espera unos 3 minutos más, solo hasta que el queso se derrita totalmente.
03 -
Cubre las pechugas ya horneadas con la salsa de tomate sin azúcar y pon encima la mitad del mozzarella rallado. Devuélvelo al horno por 8 minutitos más.
04 -
Enciende el horno a 220 °C calor arriba y abajo. Rocía un poco de aceite en la fuente y mete el pollo ahí por unos veinte minutos, hasta verlos doraditos.
05 -
Pon las pechugas ya cubiertas en una rejilla y déjalas reposar unos 15 a 20 minutos, para que el empanizado quede bien pegadito.
06 -
Pasa primero las pechugas condimentadas por el huevo y luego cúbrelas bien en la mezcla de almendra y parmesano. Dale unos golpecitos para que no se despegue.
07 -
Mezcla el parmesano rallado, la harina de almendra, la mezcla italiana, el ajo en polvo, la cebolla en polvo y la paprika en un bol.
08 -
Aplana las pechugas con un mazo hasta que tengan más o menos 1,5 cm de grosor. Condimenta todo con sal y pimienta negra.