01 -
Dale una probadita al final. Si notas que le falta algo, ajusta la sal o el picante rápidamente. Sírvelo bien caliente y ponle más parmesano o perejil fresco si te animas.
02 -
Agrega el perejil picado y la mantequilla. Mezcla todo despacio hasta que se derrita la mantequilla y el platillo esté todo cubierto.
03 -
Vuelve a echar el pollo cortado en la sartén y revuelve bien. Asegúrate de que todo se mezcle y quede bien cubierto por la salsa.
04 -
Cuando la pasta esté suavecita pero no pasada, échale el parmesano rallado. Mezcla hasta que la salsa quede cremosa.
05 -
Mientras la pasta se va haciendo, corta el pollo en tiras o en trozos del tamaño de un bocado. Te será más fácil comerlo así.
06 -
Ponle tapa a la sartén. Deja cocinar la pasta entre 10 y 12 minutos, échale un ojo y revuelve de vez en cuando. Cuando notes que casi no queda líquido y la pasta ya está suave, listo.
07 -
Agrega la pasta fettuccine (no cocida) a la sartén. Intenta que quede cubierta por el líquido.
08 -
Echa la crema al sartén y revuelve. Calienta hasta que empiece a burbujear suavemente, pero que no hierva fuerte.
09 -
Vierte el caldo de pollo y raspa con una cuchara de madera todo lo que quedó pegado en la sartén.
10 -
En la misma sartén, pon el ajo picado y saltéalo unos 30 segundos o hasta que huela sabroso.
11 -
Saca el pollo de la sartén, ponlo en un plato y déjalo reposar mientras preparas la salsa.
12 -
Coloca los filetes en la sartén caliente. Cocina cada lado entre 6 y 7 minutos. Está listo cuando el centro alcance los 74°C.
13 -
Sécalo un poco con papel. Espolvorea por ambos lados el condimento Cajún, el ajo y cebolla en polvo, pimentón ahumado, sal, pimienta negra y hojuelas de chile rojo. Que quede todo bien cubierto.
14 -
Echa el aceite de oliva en una sartén amplia y profunda o una olla gruesa. Calienta a fuego medio-alto.