01 -
Pon a calentar el horno a 175°C. Engrasa dos moldes de metal de 33×23 cm, cubre con papel para hornear y pon un poco de spray justo arriba.
02 -
En el bol de la batidora, pon la mezcla para pastel blanco y la sal, revuelve un poco. Después, agrega claras, crema agria, leche, aceite y la vainilla. Bate a velocidad media por 2 minutos hasta que todo se vea uniforme.
03 -
Divide la mezcla entre los moldes. Lleva al horno ya caliente por unos 20–25 minutos. Sabrás que están listos si los tocas y regresan a su lugar y se ve doradito arriba.
04 -
Deja que los panes reposen en el molde unos 10 minutos. Saca volteando en una rejilla, quita el papel y espera a que enfríen por completo. Si tienen pancita, recorta con un cuchillo dentado.
05 -
En un bol limpio, bate queso crema, azúcar glas y sal hasta que no tenga grumos, te toma 1 o 2 minutos. Incorpora leche y polvo para pudín, mezcla un minuto más. Echa la crema y bate un rato hasta que esté esponjoso y espeso, como 1 o 2 minutos.
06 -
Pon una base de pastel en una charola. Esparce la mousse por todo, dejando un borde de 1,25 cm libre en la orilla. Coloca el segundo pan encima, con la parte lisa hacia arriba. Tapa y mete al refri para que se afirme.
07 -
Bate manteca, agua, vainilla y sal en la batidora hasta que quede suave y cremoso. Suma azúcar glas a poquitos, unos 120 g por vez, mezclando lento cada vez. Luego sube a velocidad media-alta y bate un minuto para que se vuelva bien aireada.
08 -
Usa la espátula para cubrir el pastel con la cobertura. Pon el betún remanente en una manga con boquilla de estrella y haz bordes en las orillas. Si te animas, echa unas grageas arriba para darle color.