01 -
Coloca las papas ya sazonadas en una fuente y lleva la salsa de queso caliente junto para que todos puedan mojar a gusto.
02 -
Echa las papas calientes en un bol grande y mézclalas bien con la mezcla de especias que preparaste. Tienen que quedar bien cubiertas.
03 -
Rompe las rebanadas de queso en pedacitos. Échalos en un bol apto para microondas junto a la leche y el juguito del jalapeño. Mételo sin tapar y calienta de a ratos de 30 segundos, removiendo entre cada vez, hasta que todo quede bien derretido y suave.
04 -
Pon las papas congeladas con cuidado en el aceite ya bien caliente y fríe por tandas de 6 a 8 minutos, hasta que veas que están doraditas y crocantes. Sácalas con una espumadera y colócalas en un plato con papel absorbente.
05 -
Vierte suficiente aceite en una olla profunda. Necesitas que la profundidad llegue al menos a unos 7,5 centímetros. Espera que llegue a 180°C.
06 -
Echa la sal, el pimentón, el ajo en polvo, el chile en polvo, la cebolla en polvo y la cayena (si la usas) en un bol pequeño. Mézclalo bien hasta que todo quede repartido parejo.