01 -
Dejá entibiar los panes un rato, luego cortalos en rodajas y ya podés compartirlos.
02 -
Encendé el horno a 220 °C con calor arriba y abajo. Cubrí dos placas para hornear con papel manteca.
03 -
Tirá el contenido a la mesa con un poco de harina y amasá apenas hasta que se una. No te pases.
04 -
Dale un tajo en cruz a cada pan con un cuchillo bien filoso.
05 -
Partí la masa en dos, armá pelotas y ponelas sobre las bandejas, bien separadas.
06 -
Mezclá bien en un bol grande la harina, el bicarbonato, la sal y todas las hierbas picadas.
07 -
Mandá el cheddar rallado a la mezcla y mezclalo para que se reparta.
08 -
Hacé un hueco en el centro, volcá el suero de leche y revolvé con cuchara hasta que la masa quede pegajosa.
09 -
Dejá que se cocinen 30 a 35 minutos hasta que estén dorados y, si les das un golpecito abajo, suenen huecos.