01 -
Una vez que tengas el pan fuera del horno, déjalo enfriarse sobre una rejilla antes de cortarlo.
02 -
Mete el pan al horno ya caliente. Cocínalo entre 25 y 30 minutos. Sácalo cuando tenga una corteza dorada y suene hueco al golpearlo por abajo.
03 -
Con un cuchillo afilado haz unos cortes en la parte de arriba del pan. Así evitarás que reviente por donde no quieres mientras se hornea.
04 -
Pon el horno a 230°C y espera a que caliente bien.
05 -
Cubre la masa ya formada y déjala reposar de una a dos horas, hasta que la veas más inflada.
06 -
Desinfla la masa presionando suavemente. Haz una bola y colócala en una bandeja sobre papel para hornear.
07 -
Pon la masa en un bol engrasado, tápala con un trapo húmedo o film y déjala crecer en un lugar cálido entre 4 y 6 horas hasta que doble su tamaño.
08 -
Coloca la masa en la mesa con un poco de harina. Amasa fuerte durante 10 minutos, hasta que esté lisa y elástica.
09 -
Ve añadiendo poco a poco la harina y la sal a la mezcla, sin dejar de remover, hasta que consigas una masa algo desordenada.
10 -
En un bol grande, pon el agua tibia, la masa madre y el azúcar. Revuelve hasta que no queden restos de azúcar.