01 -
Saca el pan caliente y déjalo reposar en una rejilla. Hay que esperar a que esté bien frío antes de partirlo y comerlo. Si te sobra, mételo en un recipiente con tapa o una bolsa y guárdalo a temperatura ambiente, te va a durar 3 a 5 días.
02 -
Haz unos cortes rápidos en la parte de arriba usando un cuchillo afilado. Con mucho cuidado pasa la masa sobre su papel al horno bien caliente con tapa, y tapa. Horneá así media hora. Después, destapá y dejá que se ponga bien dorado 10 minutos más. Si lo hacés en una bandeja y no en olla, no hay que poner nada encima, horneá 35 minutos. Debe llegar a unos 99°C adentro.
03 -
Prendé el horno en 220°C. Poné la olla con tapa adentro para que se caliente por unos 20 minutos. Si usás solo bandeja, no la metas antes.
04 -
Poné la masa sobre un papel de horno bien espolvoreado de harina o sobre una tabla. Dale forma de bollo sin apretar. Echa harina por arriba, tapá con un bol grande al revés y esperá media hora.
05 -
Colocá la masa en un bol que tenga un poquito de harina. Tapá con un repasador limpio y dejá levar en la encimera unas dos horas, o hasta que duplique su tamaño.
06 -
Sumá la mitad de la harina y toda la sal a la mezcla con levadura. Usa el gancho amasador del robot de cocina. Comenzá a amasar en potencia baja, echando el resto de harina de a poco hasta que todo quede unido. La masa va a estar pegajosa, es normal.
07 -
Poné la levadura seca, el azúcar y el agua tibia en el bol del robot. Dejá descansar unos 5 minutos, hasta que veas burbujitas y espuma en la superficie.