01 -
Lleva los moldes con la mezcla al congelador. Déjalos ahí como mínimo 6 horas para que queden bien firmes. Saca del molde justo antes de comer.
02 -
Echa la mezcla de chocolate sobre los moldes. Si usas moldes horizontales, deja enfriar la mezcla unos 10 minutos o hasta que espese un poco antes de verter.
03 -
Mete el chocolate picado en la mezcla caliente. Remueve sin parar con varillas hasta que todo quede bien derretido y brillante.
04 -
Pon la olla a fuego medio-bajo. Bate de vez en cuando y calienta despacito hasta que empiece a hervir suave. Cuando veas burbujitas, apaga al instante.
05 -
En una olla mediana y robusta, mezcla leche de coco (o crema de coco), leche líquida y cacao en polvo. Bate bien hasta que no veas grumos y todo quede suave.