01 -
Sirve la mezcla en vasos fríos con hielo y decora con rodajas de durazno y hojas de menta si quieres.
02 -
Vierte el puré que pasaste por el colador en una jarra grande. Suma el resto de la limonada, mueve bien y pon las rodajas de durazno que dejaste aparte. Si quieres, agrégale rodajas de limón.
03 -
Pon las rodajas de durazno (menos las que guardaste), 250 mililitros de limonada y la menta fresca en la licuadora. Licúa hasta que esté bien suave. Si quieres que quede sin pulpa, pásalo por un colador fino.
04 -
Lava bien los duraznos, sácalos el hueso y haz rodajas. Deja aparte una cuarta parte para usar al final como adorno.
05 -
Deja la limonada en el refrigerador hasta que esté bien fría, ya sea que la hagas tú o la compres. Reserva hasta que la necesites.