01 -
Pon la mantequilla en un bol pequeño. Mézclala con el ajo, perejil, tomillo y romero hasta que estés seguro de que todo se combina bien.
02 -
Coloca esa mantequilla sobre papel plástico o de hornear, dale forma de cilindro de 15 cm, enrolla apretado y tuerce los extremos. Métela en la nevera hasta que esté firme, unas dos o tres horas. Corta en rodajas si quieres servirla encima de la carne.
03 -
En un recipiente grande o taza medidora de vidrio, mezcla fuerte el aceite de oliva, el vinagre balsámico, la salsa de soya, Worcestershire, el jugo de piña, azúcar moreno, mostaza Dijon, pimienta y ajo en polvo. Haz que todo se junte genial.
04 -
Pon la carne en una bolsa grande que puedas volver a cerrar. Vierte el adobo, sella bien y muévelo para que se reparta todo. Mete en el refri de 4 a 24 horas y da unas vueltas cada tanto.
05 -
Saca la carne del adobo, quita el exceso secando con papel de cocina. Así evitas que se prenda todo en la parrilla.
06 -
Enciende la parrilla para que esté a fuego medio-alto y pásale un poco de aceite a las rejillas para que no se pegue.
07 -
Pon la carne directamente sobre el fuego, dale la vuelta cuando lo veas necesario hasta que esté al punto que te guste.
08 -
Cuando ya esté lista, pásala a un plato y cúbrela muy flojito con aluminio. Déjala quieta por al menos 5 minutos antes de poner en la mesa.