Galletas queso limón azul (Versión para Imprimir)

Galletas suaves de limón con queso cremoso y arándanos frescos, que unen sabores dulces y ácidos de forma perfecta.

# Ingredientes Necesarios:

→ Masa de Galleta

01 - 200 gramos azúcar normal
02 - 150 gramos arándanos frescos o congelados, sin descongelar
03 - 1 huevo grande
04 - 312 gramos de harina de todo uso
05 - 227 gramos mantequilla sin sal, blandita
06 - 30 mililitros jugo de limón fresco
07 - 15 gramos maicena
08 - 5 gramos bicarbonato de sodio
09 - 2.5 gramos sal
10 - 1 cucharada ralladura de limón

→ Relleno de Queso

11 - 30 gramos azúcar en polvo
12 - 226 gramos queso crema, suave
13 - Media cucharadita extracto de vainilla

# Instrucciones Paso a Paso:

01 - Bate bien el queso crema con el azúcar glass y la vainilla hasta que quede cremoso. Haz bolitas del tamaño de una cucharadita sobre papel de hornear y mételas al congelador mínimo media hora para que sean fáciles de manejar.
02 - Bate la mantequilla blandita con el azúcar hasta que esté esponjoso y claro. Luego echa el huevo, el jugo y la ralladura de limón. Mezcla todo bien.
03 - En otro bol junta la harina, la maicena, el bicarbonato y la sal. Ve agregando eso poco a poco a lo húmedo y remueve con suavidad hasta que esté todo integrado.
04 - Añade los arándanos con cuidado a la masa para que no se rompan y mantengan su forma.
05 - Toma porciones de unos 30 gramos, aplánalas ligeramente y pon en el centro una bolita de queso congelada. Cierra bien los bordes y forma una bola lisa. Ponlas en la bandeja con papel de horno. Haz lo mismo con toda la mezcla.
06 - Pon las bolitas armadas en la nevera por al menos media hora. Calienta el horno a 175°C y hornea entre 12 y 14 minutos hasta que los bordes estén doraditos pero el centro siga suave.
07 - Los deja enfriar bien en la bandeja para que no se rompan cuando los muevas. Así disfrutas el toque ácido del limón, la dulzura de los arándanos y el queso cremoso.

# Consejos Adicionales:

01 - Congelar el queso antes de armarlas ayuda a manejar mejor las bolas y evita que se salga el relleno al hornear. La masa fría no se esparce tanto y el papel evita que se pegue todo.