01 -
Pon el pastel en la nevera al menos 4 horas, pero si puedes déjalo toda la noche. Así queda perfecto y listo para cortar y compartir.
02 -
Pon las fresas fileteadas encima del relleno de queso. Acomódalas como más te guste.
03 -
Incorpora con cuidado la nata ya montada al resto del relleno. Cuando esté bien mezclado, esparce sobre la base ya fría.
04 -
En un bol distinto, bate la nata hasta que se formen picos duros. Eso es cuando la nata se queda firme y no se cae.
05 -
En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar glas y la vainilla hasta que quede todo suavecito y sin grumos.
06 -
Presiona con fuerza la mezcla de galletas en el molde desmontable, formando una base pareja. Hornea 10 minutos y deja enfriar completamente antes de seguir.
07 -
Revuelve las migas de galleta con la mantequilla derretida en un bol, mezclando hasta que se vea como arena mojada.
08 -
Enciende el horno y ajústalo a 160°C.