01 -
Pon mucha cobertura sobre cada cupcake frío usando manga pastelera o cuchillo. Si quieres, decora con migas de cupcake rojo o lo que más te guste.
02 -
Bate el queso crema y la mantequilla en un bol grande hasta que todo se vea bien cremoso. Echa poco a poco el azúcar glas mientras sigues batiendo en velocidad bajita. Al final añade la vainilla y una pizca de sal. Deja batiendo un poco más para que quede súper aireado.
03 -
Deja que los cupcakes reposen cinco minutitos en el molde, luego pásalos a una rejilla y espera a que estén totalmente fríos antes de ponerles la cobertura.
04 -
Reparte la masa en los papelitos, llenando solo dos tercios cada uno. Hornea de 18 a 20 minutos. Cuando metas un palillo y salga limpio están listos.
05 -
Ve añadiendo alternadamente los ingredientes secos y el suero de leche a la mezcla que ya tienes, en tres tandas, empieza y termina con lo seco. No mezcles de más, solo hasta que todo esté integrado.
06 -
Incorpora el colorante rojo, el vinagre y la vainilla a la mezcla húmeda y mezcla hasta que todo tenga un color parejito.
07 -
Con batidora, junta el aceite y el azúcar en un bol grande. Añade los huevos de uno en uno y mezcla después de cada uno hasta que todo esté bien unido.
08 -
En otro bol, bate juntos la harina, el sodio, la sal y el cacao hasta que se vea todo mezclado.
09 -
Prende el horno a 175°C. Pon los papelitos en una bandeja de 24 y deja que todo lo que estaba en la nevera coja temperatura ambiente.