01 -
Cuando los camarones estén listos, pasalos a un plato. Echa por encima cebollita picada y, si te apetece, unas semillas de sésamo. Disfrútalos enseguida, con tu aderezo favorito o sobre arroz blanco.
02 -
Pon suficiente aceite de oliva en una sartén grande y ponla a fuego medio-alto. Acomoda los camarones quepan sin amontonarse y fríelos unos 2 o 3 minutos por lado, verás cómo se ponen doraditos. Hazlo en tandas si tienes muchos.
03 -
Saca los camarones de la marinada y deja que escurran lo que sobre. Pásalos bien por la mezcla de harina y maicena para que queden cubiertos, le sacas el resto con unos golpes suaves.
04 -
En un bol bajito, junta la harina, la maicena, la sal y la pimienta. Mezcla bien para que todo quede repartido.
05 -
Échales la mezcla a los camarones y revuélvelos para que queden bien cubiertos. Tapalos con film y mételos a la nevera entre 10 y 15 minutos.
06 -
En un bol amplio, mezcla el aceite de oliva, el ajo, el jengibre, la salsa de soya, la miel y la sriracha. Bátelo todo hasta que se vea parejo.