01 -
En un plato chico, bate el huevo. Mezcla harina, pan molido, sal con especias, paprika, cayena y pimienta en otro plato. Deja todo listo a un lado.
02 -
Parte la pechuga por la mitad a lo ancho y córtala en tiras parejas de como 12 mm de grosor. Seca las tiras con papel, pásalas por el huevo batido y escurre el resto. Después cúbrelas muy bien con la mezcla de empanizado. Para que queden más crujientes, repite el empanizado justo antes de freír.
03 -
Calienta aceite en una sartén de hierro de unos 26 cm hasta que llegue a 175°C. Fríe las tiras de pollo en varias tandas, sin que se encimen, unos 3 o 4 minutos por lado hasta dorarlas y alcanzar 75°C en el centro. Usa pinzas para voltearlas si hace falta. Ponlas en una rejilla para escurrir la grasa. Haz lo mismo con el resto.
04 -
Pon el huevo en agua fría de unos 5 cm en una olla. Deja que suelte hervor suave, tapa y retira del fuego. Espera 12 minutos. Enfría con agua del grifo, pélalo y pártelo en cuatro trozos.
05 -
Pon la mezcla de lechuga sobre un plato grande. Añade los tomates cherry, el huevo duro partido, queso cheddar rallado y queso Monterey Jack. Corta las tiras de pollo ya fritas en trozos chicos y acomoda encima.
06 -
Agrega el aderezo de mostaza con miel arriba y espolvorea con las tiras de tortilla. Llévala a la mesa rápido para que el pollo no pierda lo crujiente.