
Este sustancioso guiso ha pasado por generaciones en mi familia, trayendo consuelo y sonrisas a nuestra mesa durante años. La mezcla perfecta de pasta, carne molida y verduras crea una maravilla en una sola olla que satisface hasta a los comensales más exigentes.
Preparé este guiso por primera vez cuando mis hijos eran pequeños y me costaba encontrar algo que ambos comieran. Ahora, años después, sigue siendo su comida favorita, especialmente cuando vuelven de la universidad en fríos fines de semana de invierno.
Ingredientes
- Carne molida magra: Aporta proteína sustanciosa sin hacer el plato demasiado grasoso
- Macarrones codito: Crean una base perfecta que aguanta bien la salsa
- Cebolla y ajo: Forman una base aromática que mejora cada bocado
- Pimientos rojos y verdes: Añaden color vibrante y un toque de dulzura
- Salsa de tomate: Crea una base rica para la salsa
- Tomates en cubos asados: Ofrecen una profundidad ahumada que no conseguirás con tomates normales
- Queso cheddar rallado: Añade un final cremoso y sabroso
- Condimento italiano: Aporta complejidad herbal con un solo ingrediente
Instrucciones paso a paso
- Sofríe los aromáticos:
- Calienta aceite de oliva en una olla grande a fuego medio. Añade cebolla picada finamente y ajo picado, cocinando hasta que estén fragantes y transparentes, unos 3 minutos. Este paso inicial construye la base de sabor para todo el plato, así que tómate tu tiempo.
- Dora la carne:
- Agrega la carne molida a la olla con los aromáticos. Usa una cuchara de madera para romperla en trozos pequeños mientras se cocina. Sigue hasta que no quede rosa y la carne esté dorada con algunas partes caramelizadas para más sabor. Esto debería tomar entre 5 y 7 minutos.
- Añade las verduras:
- Incorpora los pimientos rojos y verdes en cubos junto con sal y pimienta. Cocina unos 3 a 5 minutos hasta que los pimientos empiecen a ablandarse pero mantengan algo de textura. Los pimientos deben verse brillantes pero no blandos.
- Prepara la salsa:
- Vierte la salsa de tomate y los tomates en cubos con su jugo. Espolvorea el condimento italiano sobre la mezcla y revuelve bien para combinar todos los ingredientes. Deja que la salsa hierva a fuego lento por 2 minutos para que los sabores empiecen a mezclarse.
- Cocina la pasta:
- Añade los macarrones directamente a la olla con suficiente agua para cubrirlos por un centímetro. Lleva la mezcla a ebullición, luego reduce el calor para mantener un hervor suave. Este método permite que la pasta absorba los sabores mientras se cocina.
- Cocción perfecta:
- Deja que la mezcla hierva a fuego lento sin tapa por 10 a 12 minutos, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue. La pasta debe ablandarse mientras la salsa espesa. Añade un poco más de agua si es necesario durante la cocción.
- Toque final:
- Retira la olla del fuego cuando la pasta esté blanda. Espolvorea el queso cheddar rallado uniformemente por encima y tapa la olla por 2 a 3 minutos hasta que el queso se derrita por completo. El calor residual creará una capa de queso deliciosamente fundido.

La primera vez que serví esto a mi abuela después de heredar su receta, lo probó y sonrió con lágrimas en los ojos. Me confesó que siempre había añadido una pizca de azúcar para equilibrar la acidez de los tomates pero nunca lo escribió en la receta que compartió. Ese ingrediente secreto marcó toda la diferencia.
Preparación anticipada y almacenamiento
El guiso se conserva perfectamente en el refrigerador hasta 4 días en un recipiente hermético. Los sabores se desarrollan y profundizan durante la noche, convirtiéndolo en uno de esos platos raros que saben mejor como sobras. Al recalentar, añade un chorrito de agua o caldo para aflojar la salsa ya que la pasta seguirá absorbiendo líquido mientras se almacena.
Sustituciones sencillas
Esta receta acepta adaptaciones según lo que tengas disponible. El pavo molido funciona maravillosamente como alternativa más ligera a la carne. Penne o rotini pueden reemplazar los macarrones si es necesario. Para una versión vegetariana, sustituye la carne con una mezcla de champiñones y nueces procesadas a una textura similar a la carne molida, agregando una cucharada de salsa de soja para profundidad umami.
Sugerencias para servir
Sirve el guiso en tazones anchos y poco profundos con un toque de perejil fresco para dar luminosidad. Un acompañamiento de pan crujiente con mantequilla es perfecto para mojar en la rica salsa. Para una comida completa, acompaña con una simple ensalada verde aliñada con aceite de oliva y jugo de limón para equilibrar la contundencia del plato principal.

La historia detrás del plato
Mientras el gulasch húngaro tradicional es un estofado con pimentón, esta versión americanizada se popularizó durante la Gran Depresión como una forma económica de estirar los ingredientes para alimentar a familias numerosas. Mi abuela lo aprendió de su madre durante esos tiempos difíciles, añadiendo sus propios toques a lo largo de los años. La receta evolucionó con cada generación, convirtiéndose en el querido clásico familiar que es hoy.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo preparar el Guiso de la Abuela con anticipación?
¡Claro que sí! Este guiso se recalienta maravillosamente. Prepáralo según las instrucciones y guárdalo en la nevera hasta por 3 días. Al recalentarlo, añade un chorrito de agua o caldo para aflojar la salsa ya que la pasta tiende a absorber líquido durante el almacenamiento. Caliéntalo a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando.
- → ¿Con qué puedo reemplazar la carne molida?
Pavo molido, pollo o alternativas vegetales funcionan de maravilla en este plato. Para una versión vegetariana, prueba con champiñones picados, lentejas o una mezcla de frijoles como proteína. Ajusta el condimento según sea necesario ya que la carne aporta un sabor natural que las alternativas podrían necesitar compensar.
- → ¿Puedo usar otra forma de pasta?
¡Sin duda! Aunque los macarrones son lo tradicional, otras pastas pequeñas como conchas, espirales o farfalle van muy bien. Solo ajusta el tiempo de cocción según las instrucciones del paquete, ya que diferentes formas pueden necesitar un poco más o menos tiempo para quedar al dente.
- → ¿Cómo puedo hacer este plato más picante?
Para añadir picor, incorpora jalapeños picados o una pizca de hojuelas de chile cuando saltees las verduras. Un poco de salsa picante, pimienta de cayena o pimentón ahumado también puede aumentar el nivel de picor. Empieza con pequeñas cantidades y ajusta al gusto, ya que estos ingredientes pueden intensificar rápidamente el calor.
- → ¿Hay alguna manera de hacer este plato con menos carbohidratos?
Para una versión baja en carbohidratos, reduce los macarrones a la mitad y aumenta las verduras añadiendo calabacín picado, champiñones o floretes de coliflor. También puedes sustituir la pasta regular por variedades altas en proteínas o integrales, o usar fideos de calabacín para una parte de la pasta.
- → ¿Qué acompañamientos van bien con el guiso?
Este contundente plato combina de maravilla con acompañamientos sencillos como pan de ajo, una ensalada verde fresca, verduras al vapor o pan crujiente para mojar en la salsa. Para una comida más ligera, sirve porciones más pequeñas junto con verduras asadas o una crujiente ensalada de pepino.