01 -
Desconecta el fuego y llévalo directo a la mesa. Queda perfecto con puré de papas.
02 -
Pon nuevamente los filetes de pollo en la sartén, cúbrelos con la salsa, arriba pon los espárragos y la mozzarella. Calienta a fuego bajo hasta que se derrita el queso, solo cinco minutos. Si quieres gratinar, mételo en horno a 200ºC por cuatro minutos.
03 -
Vierte la mezcla de la salsa, despacito y sin dejar de mover. Sube al hervor y baja después al fuego lento. Cocínalo sin tapar, otros 13 minutos, hasta que se espese bien y quede sabroso. Baja el fuego y agrega el parmesano.
04 -
Pon la harina poco a poco y bate fuerte al mismo tiempo. Hazlo durante dos minutos, moviendo sin parar.
05 -
Agrega los champiñones en rodajas. Sube la temperatura para que hierva suave, deja que se reduzca el líquido a la mitad, te va a tardar unos 13 minutos.
06 -
Con el sartén apagado, echa la mantequilla y el ajo. Pon el fuego medio y saltea por dos minutos moviendo seguido. Agrega el vino de Madeira y raspa el fondo para levantar lo doradito.
07 -
Pon aceite de oliva en una sartén grande y caliente. Sella el pollo en dos tandas, 4 o 5 minutos por lado hasta que tome color dorado. Sácalo y resérvalo.
08 -
Ponle sal y pimienta al pollo por ambos lados. Mezcla ajo en polvo con la harina y empaniza bien los filetes, presionando para que se pegue.
09 -
Corta cada pechuga en dos horizontalmente. Ponlas entre film transparente y golpéalas hasta dejarlas de 1,25 cm de grosor. Sécalas con papel de cocina.
10 -
Corta las puntas y parte los espárragos en dos. Escáldalos en agua hirviendo durante 3 o 4 minutos. Sácalos rápido, pásalos por agua fría y guárdalos.
11 -
Mide todo y combina los ingredientes de la salsa en una jarra grande. Saca la mozzarella antes para que se derrita bien después.