01 -
Enciende el horno y ajusta la temperatura a 175°C (350°F).
02 -
Coloca todos los ingredientes del dip en un recipiente apto para horno, salvo 1/2 taza de mozzarella reservada para el final. No importa si no mezclas ni descongelas la espinaca en este momento.
03 -
Mete la mezcla al horno previamente calentado, deja que los quesos se derritan, y revuelve de vez en cuando.
04 -
Espolvorea la 1/2 taza de mozzarella que reservaste encima del dip. Sigue horneando hasta que se derrita y tome un tono dorado. Si prefieres más dorado, puedes usar el gratinador (broiler).
05 -
Disfruta del dip de queso inmediatamente con chips, crostini o lo que prefieras para mojar.