01 -
Usa un cuchillo bien afilado para cortar las barras frías en 24 pedazos. Limpia el cuchillo entre cada corte para que queden prolijas. Echa un poco de sal en escamas justo al final, antes de llevar a la mesa.
02 -
Extiende la capa de topping aún tibia sobre el postre ya enfriado usando una espátula. Llévalo al refrigerador mínimo una hora, o hasta que veas que todo está frío y firme.
03 -
Pon 180 gramos de dulce de leche y 45 mililitros de nata en un bowl apto para microondas. Calienta de a 10 segundos, revolviendo cada vez, hasta que esté bien suave y puedas verterlo. Si ves que necesitas más, agrega nata líquida de a cucharaditas.
04 -
Echa la mezcla de queso sobre la base fría, repártela bien hasta los costados. Mete al horno a 175°C hasta que los bordes se inflen un poco, estén dorados y el centro esté cuajada pero un poco temblorosa, unos 38 minutos. Saca y deja que enfríe del todo sobre rejilla.
05 -
En un bowl grande con batidora o procesadora, bate el queso crema y el azúcar hasta que veas todo liso (para y limpia los bordes cuando necesites). Añade el dulce de leche y mezcla hasta que quede parejo. Ve agregando los huevos de uno en uno, mezclando suave tras cada uno. Al final, echa vainilla y da una última mezclada leve.
06 -
Pon las galletas molidas, el azúcar y la canela en un bowl. Agrega la mantequilla derretida y revuelve hasta que todo esté húmedo. Vuelca la mezcla y presiona, cubriendo el fondo del molde de manera pareja. Hornea hasta que los bordes se doren un poco, cerca de 10 minutos. Deja que el molde se enfríe encima de una rejilla.
07 -
Enciende el horno a 175°C. Cubre suave el molde de 33 x 23 x 5 cm con spray de cocina. Si quieres hacerlo más fácil de desmoldar, pon papel aluminio y rocía otra capa.